El aire impulsado a través de 704 tubos compondrá las notas de un nuevo órgano que está instalándose en Novelda (Alicante). Medirá 11 metros de altura, pesará 40.000 kilos y en su construcción no se va a emplear ni un gramo de madera o metal. Se trata del órgano de piedra más grande del mundo.
Desde joven, Ivan Larrea ha mantenido en su cabeza la obsesión de aunar sus dos pasiones, la música y la geología. Titulado en Gemología, especialista en talla de diamantes y maestro organista, Larrea encontró en el mármol el material perfecto para dar forma a los diferentes tubos de un órgano. «La piedra, a diferencia de la madera o el metal, es un elemento imperecedero e inalterable. Su alto índice de reflexión acústica permite unas notas limpias y sin apenas interferencias o sonidos residuales, lo que le hace un material inmejorable para la elaboración de un instrumento de este tipo».
Comenzó realizando varias pruebas y prototipos a escala. Gracias a sus investigaciones descubrió diferentes procesos para conseguir materiales muy ligeros y resistentes que permitían abrir un nuevo camino para el uso de la piedra natural. En 2001 consiguió construir su primer órgano de cámara íntegramente realizado en mármol, que presentó en un concierto en el Museo del Prado, demostrando con ello la viabilidad de este tipo de instrumentos. Se trataba de un avance muy importante, pero su gran sueño continuaba inconcluso. Realizar el órgano de mármol más grande del mundo.
El camino hasta su construcción ha sido largo y aun a día de hoy sigue adelante con su futuro pendiente de un hilo. Larrea comenzó a trabajar en el proyecto en 1994, cuando se puso en contacto con empresarios del mármol de Alicante, que decidieron apoyarle con la financiación de su obra. El lugar elegido fue el singular Santuario de Santa María Magdalena. Después de dos años se paralizaron los trabajos de construcción por falta de fondos y no fue hasta finales de 2010 cuando llegaron a su emplazamiento final las primeras piezas: la base del instrumento, con más de 21 toneladas de peso.
El propio luthier, junto a un pequeño grupo de operarios, ha sido el encargado de llevar a cabo todo el proceso, desde el diseño, el transporte y la colocación de las piezas. Él mismo ha tenido que inventar la maquinaria necesaria para elevar cada una de las piezas de más de 7.000 kilos hasta su ubicación definitiva a 11 metros de altura. El peso total del instrumento superará las 40 toneladas y podrá ser visitado por dentro. Desde el teclado, hasta cada uno de los casi 800 tubos, todo estará realizado íntegramente con mármol de diferentes tonalidades extraído en las canteras alicantinas.
La fecha de finalización no está clara. Aunque las obras avanzan a buen ritmo, la falta de subvenciones y lo complejo de la instalación, hacen difícil hablar de tiempos. Pero para aquellos que sientan curiosidad y no quieran esperar a verlo acabado, Iván ha instalado en el interior del santuario un robot que, gracias a un sistema hidráulico, toca algunos de los tubos que ha colocado allí a la espera de montarlos sobre la base del instrumento.
El de Novelda será el órgano de Piedra más grande del mundo, pero no es el único instrumento musical que ha aprovechado las cualidades sonoras del reino mineral de manera parecida. En las Cavernas de Luray, en Virginia (Estados Unidos), está situado The great Stalacpipe Organ. Se trata de una especie de xilófono (su nombre técnico es litófono) realizado utilizando 37 de las estalactitas que penden de la propia caverna. Es obra del músico y matemático Leland W.Sprinkle, quien se dedico lijar una a una las estalactitas para afinarlas; posteriormente les añadió un percutor conectado a un teclado eléctrico. El sonido se puede escuchar por las 65 hectáreas que ocupa la cueva sin necesidad de altavoces. Actualmente está considerado como el instrumento musical más grande del mundo. Otro curioso artefacto que compite en este ranking de instrumentos faraónicos es el Morske Orgulje, en la ciudad croata de Zadar. Se trata de una escalinata de 70 metros de ancho construida a orillas del mar Adriático. Cada uno de los escalones de mármol está perforado y en su interior esconde un sistema de tubos de polietileno conectados a una cavidad de resonancia que transforma el ritmo del oleaje en música.
El trabajo de estos artistas y su particular relación con los elementos la naturaleza, demuestran que no todo está inventado en el campo musical. Si se sabe como sacarla a la luz, es posible escuchar la música que nos cantan las piedras.
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