«No tardará en hallarse un planeta habitable»

Vicent J. Martínez, director del Observatorio Astronómico de la UV, recuerda a la figura de Carl Sagan, ambos astrónomos, ambos preocupados por hacer ciencia y también por tejer historias que fascinen al gran público. Hablamos con Vicent sobre divulgación, sobre cómo cambiarán los nuevos telescopios la forma de mirar el…

Vicent J. Martínez, director del Observatorio Astronómico de la UV, recuerda a la figura de Carl Sagan, ambos astrónomos, ambos preocupados por hacer ciencia y también por tejer historias que fascinen al gran público. Hablamos con Vicent sobre divulgación, sobre cómo cambiarán los nuevos telescopios la forma de mirar el cielo y sobre los planetas habitables que se podrían descubrir.

Reconoce que los 13 episodios de la serie de divulgación científica ‘Cosmos: un viaje personal’, escrita por Carl Sagan en los 70, contribuyeron a acercarle a la astronomía. El lema del documental, según cuenta el propio divulgador neoyorquino, es que «el público es mucho más inteligente de lo que se suele suponer». El profesor de la Universitat de València y director del Observatorio Astronómico de esta institución prepara sus libros y conferencias con el mismo afán por conquistar a todos, sin excepción, con historias de ciencia.

Vicent Martínez, en el Aula del Cielo de la Universitat de València. Foto: Rafa Honrubia.

Vicent Martínez, en el Aula del Cielo de la Universitat de València. Foto: Rafa Honrubia

Vicent Martínez (Valencia, 1962) se especializó en Astronomía porque sentía fascinación por el cielo nocturno. ¿Y quién no?. Las cuestiones científicas sobre la naturaleza y el origen del universo no interesan únicamente a los investigadores. La casa es de todos y todos queremos ver las viejas fotografías alentados por algo tan primario y decisivo en la historia humana como la curiosidad. Los hallazgos de los curiosos que dedicaron parte de sus vidas a las observaciones astronómicas son los protagonistas de su libro ‘Marineros que surcan los cielos’, galardonado con el Premi Europeu de Divulgació Científica Estudi General en su versión en catalán. También ha sido premiado recientemente por su actividad docente con el Premio de Enseñanza Universitaria de la Real Sociedad Española de Física.

-¿Cómo conseguir eso que Vladimir de Semir llamaba «la simbiosis entre amenidad y rigor»?
-No sólo lo decía Vladimir de Semir, también Albert Einstein hace casi 100 años. Si te pierdes en el rigor con un lenguaje muy experto sólo consigues aburrir porque no bajas a la arena donde la gente te puede entender. Si, por el contrario, eres chabacano y lo frivolizas todo, pierdes la credibilidad. Hay un terreno en medio donde tienes que saber moverte. En realidad… lo que has de contar es una historia, enganchar a la gente con el proceso que desemboca en un determinado descubrimiento, con la magnificencia del descubrimiento, con las imágenes o incluso con las grandes preguntas: ¿de dónde venimos? ¿quiénes somos? ¿adónde vamos?
Portada de 'Marineros que surcan los cielos'-En ‘Marineros que surcan los cielos’ están muy presentes las historias de los grandes nombres de la astronomía, pero también las historias desconocidas.
-Había dos intereses. Primero, rescatar personajes que pueden ser mis héroes y heroínas personales por su contribución a la astronomía. También hay un interés por rescatar el trabajo de las mujeres, que en astronomía ha sido muy importante y que a veces la Historia de la Ciencia obvia.
-¿No es paradójico que pese a vivir un momento de avances tecnológicos y científicos casi diario tanta gente se decante hacia la magia y lo esotérico?
-Nos hemos acostumbrado a convivir con esa realidad, pero es un problema. He procurado mantenerme al margen. No sé si es la actitud correcta; la pseudociencia hay que combatirla, aunque un combate excesivamente beligerante crea una tensión innecesaria que atrinchera a los que apoyan las pseudociencias en una postura más dura. Es fundamental incrementar la postura científica de forma que la gente pueda hacer un uso racional de su inteligencia y no se deje llevar por las mentiras de la pseudociencia.
-En época de crisis económica, si no se explica la ciencia, sus servicios y resultados, al público es probable que la sociedad y los políticos no apoyen su financiación por desconocimiento.
-Se ha adelantado mucho. Hoy en día la gente que se dedica a la divulgación lo hace con más tranquilidad que antes, cuando se consideraba un desprestigio comunicar la ciencia. Las instituciones lo ven como un trabajo vital, porque quien financia la ciencia es la sociedad y tiene derecho a saber qué se hace con su dinero. Vamos en esa línea. Eso no significa que llegemos a toda la gente. El público objetivo de muchas de las actividades que se llevan a cabo son los interesados en el tema. A las conferencias siempre van los mismos. Hay que buscar otras entradas, quizá utilizando las redes sociales, un lenguaje más interesante para la gente joven.

«Posiblemente si algún día hay evidencias de vida será lo más parecida a la que hay en la Tierra»

-¿Cómo han influido las redes sociales y la tecnología 2.0 a la divulgación científica?
-No ha llegado todavía al nivel que debería. La comunicación va por ahí y no debemos estar fuera de la comunicación. Es el culmen de la existencia de la web, en un sentido más amplio. La web se creó en un centro de investigación, el CERN, para mejorar la interconexión entre científicos. De alguna forma, lo que han de hacer los científicos es seguir utilizando la herramienta que ellos mismos crearon pero con las versatilidades que la sociedad considera más útiles para comunicarse.
-La puesta en marcha del supertelescopio ALMA, instalado en el desierto de Atacama (Chile), y considerado el más complejo del mundo, ¿cambiará la forma de mirar el cielo?
-Cuando esté acabado, ALMA presentará detalles del universo en escalas extraordinariamente pequeñas. Imágenes que no tienen precedentes. Son muchas las antenas que van a funcionar al unísono, con una resolución en la imagen increíblemente precisa.
-¿Es egocéntrico pensar que somos el único planeta habitado?
-Desde el punto de vista de la estadística, es completamente egocéntrico. En la Vía Láctea hay centenares de miles de millones de estrellas y la Vía Láctea es una de los centenares de miles de millones de galaxias que existen. Pensar que lo que ha pasado en la Tierra no se pueda producir en otros lugares y que no pueda existir una condición de habitabilidad y las condiciones químicas para que se desarrolle la vida sería un poco osado. Otra cosa es que podamos llegar a saberlo de verdad. El problema básico es encontrar vida extraterrestre a una distancia razonable dentro de nuestro entorno galáctico. Eso, posiblemente, es más difícil que ocurra.
-En el libro dices que vivimos en los «arrabales» de la Vía Láctea.
-Deberían haber otras estrellas con condiciones semejantes al Sol a la misma distancia del centro galáctico, pero pueden estar a la otra parte de la galaxia. La estrella más cercana está a cuatro años luz, la señal que enviémos va a tardar cuatro años y la que recibamos cuatro años. Conforme nos vamos a distancias mayores, la posibilidad de comunicarnos con vida inteligente o tener evidencia de vida, aunque sea a escala molecular o bacteriana, es mucho más difícil.

«No hay nadie que pueda predecir cuál va a ser la actividad solar a tan largo plazo»

-¿Qué tipo de vida podríamos encontrar?
-Aunque todas las posibilidades están abiertas. Lo más normal es que si las condiciones han sido semejantes, la vida sea semejante. Es decir, hace un año se hablaba de la posibilidad de vida en la que el arsénico jugara el papel del fósforo. Quizá. Pero lo más probable es que la vida extraterrestre se siga basando en el carbono y el fósforo. Muchas veces en ciencia uno se sorprende de que las cosas menos extrañas son las que al final se confirman. Posiblemente si algún día hay evidencias de vida será lo más parecida a la que hay en la Tierra.

Primera imagen de ALMA, correspondiente a las galaxias Antena. Foto: ESA.

Primera imagen de ALMA, correspondiente a las galaxias Antena. Foto: ESA.

Mirando a las estrellas

-Mientras avanza la tecnología de los radiotelescopios, ¿se puede poner un plazo para encontrar un planeta habitable?
-Planetas que tengan las condiciones de habitabilidad ya se están encontrando. El problema de la busqueda planetas en torno a otras estrellas diferentes del Sol es que están condicionadas a los métodos de búsqueda. Por ejemplo, era más fácil encontrar planetas gigantes que no planetas rocosos del tamaño de la Tierra. Dentro del conjunto de planetas extrasolares que se han encontrado, que son varios centenares, habría unos cuantos que no estarían descartados como zona de habitabilidad. Seguro que en los próximos años habrá más. Pero no significa nada. Serán objetos interesantes a los que dedicar esfuerzos observacionales que traten de buscar señales en sus atmósferas o incluso señales de clorofila, que sirvan para determinar si ha habido algún tipo de vida o actividad orgánica. No creo que vaya a tardar mucho el descubrimiento de un planeta habitable.
-Se habla mucho de las tormentas solares y del riesgo de que puedan derribar satélites.
-Estas cosas son difíciles de predecir. Recuerdo alarmas completamente descabelladas, como cuando se hablaba de la posibilidad durante los JJOO de Londres, de que las tormentas solares arruinarán las comunicaciones. No hay nadie que pueda predecir cuál va a ser la actividad solar a tan largo plazo. El sol pasa por ciclos de actividad que a veces conocemos mejor y otras nos sorprende. Esos ciclos no son tan suaves como pensamos sino que experimentan picos. Nuestra tecnología de comunicaciones es mucho mayor en los últimos años y, por tanto, dependemos más de ella. Somos más vulnerables.
-¿Cómo surgió la iniciativa Astronomy Stars?
-Es un proyecto organizado en Sudáfrica por divulgadores de la astronomía. Consiste en seleccionar a una serie de personas del mundo (Vicent Martínez es uno de los elegidos) que pudieran aconsejar a los científicos más jóvenes que se dedican a la astronomía sobre las actitudes básicas hacia la comunicación social de la astronomía. Proponían que escribiéramos estos consejos y los compilaron en una página web.
-¿Algún otro proyecto que tengas entre manos?
-Ahora estamos trabajando en un proyecto de divulgación de la ciencia, un convenio que ha propuesto la Generalitat valenciana, en colaboración con la UV, para la organización de acciones para la comunicación social de la ciencia. Este convenio ya firmado por el conseller y el rector consiste en poner en marcha un portal, un diario de comunicación científica, que se llama Conec.es.