Los años de la Transacción

Llega a las librerías la última entrega de análisis histórico del escritor Juan Eslava Galán. Tras ‘Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie’, ‘Los años del miedo’ y ‘De la alpargata al seiscientos’ publica ‘La década que nos dejó sin aliento’, cuarto tomo que…

Los años de la Transacción

Llega a las librerías la última entrega de análisis histórico del escritor Juan Eslava Galán. Tras ‘Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie’, ‘Los años del miedo’ y ‘De la alpargata al seiscientos’ publica ‘La década que nos dejó sin aliento’, cuarto tomo que centra su atención en la etapa de la Transición.

Eslava Galán, frente al hotel Astoria en Valencia. Foto: I. S.

Eslava Galán, frente al hotel Astoria de Valencia, donde habló con Nonada. Foto: I. S.

‘La década que nos dejó sin aliento’ narra los hechos más representativos del periodo que va entre 1973 y 1982. Del asesinato de Carrero Blanco hasta la proclamación de Felipe González como presidente del Gobierno se suceden numerosas tramas políticas, historias que el autor repasa desde un sillón de la cafetería del hotel Astoria, en Valencia. Este década, conocida como la Transición, ha sido rebautizada por Juan Eslava Galán como la etapa de la Transacción, «porque se vendieron unos y otros por una parcela de poder».

El autor cuenta que el precio que pagó la izquierda tras la dictadura franquista fue asumir la monarquía sin más. Una realidad propiciada, según el autor, por el mismo Felipe González quien «saboteó los intentos de unión de la izquierda, escoró el marxismo y aceptó al Rey». Es más, «los vencidos de la Guerra Civil tuvieron que transigir y cerrar los ojos a la persecución que habían sufrido durante cuarenta años». La derecha, continúa, «aceptó que los partidos de izquierdas tuvieran voz y hasta se legalizó al Partido Comunista». Todo, en un marco histórico en el que la mayoría de la población era de clase media. Para Eslava Galán lo que el pueblo requería era, en ese momento, un partido conciliador. Con más alternativas políticas, España se preparaba para votar por primera vez en cuatro décadas. Había en la calle anhelo de democracia y de formar parte de Europa, gente de 50 años que no sabía lo que era votar, a no ser que fuera en la asamblea de vecinos.

En primera persona

Estudiante de Filología Inglesa por aquella época, Eslava Galán estaba habituado a trabajar en el extranjero, veía la realidad de otros países y estaba convencido de que tras la muerte de Franco no habría una nueva Guerra Civil. Algunos de los protagonistas de ‘La década que nos dejó sin aliento’ también lo fueron durante la Transición. Torcuato Fernández Miranda, a quien describe como «feo, desagradable y de voz cascada, pero con una inteligencia que supera a todos» y Adolfo Suárez, a quien atribuye como errores «el estado de las autonomías y la ley electoral» solo son dos de ellos. Para Eslava «tenemos 17 fábricas de vagos (Comunidades Autónomas) y un clientelismo que vive de los presupuestos y del cuento». Ve al centralismo como solución, como fórmula para que «los vagos que viven incrustados de la política se pongan a producir».

Denuncia también la actual ley electoral pues dice que existen dos partidos mayoritarios muy beneficiados, al igual que los partidos regionalistas, y un tercero muy perjudicado. Hecho que provoca que el «Gobierno de turno» recurra a partidos de ámbito autonómico a la hora de llevar a cabo pactos.

Portada de 'La década que nos dejo sin aliento', de Juan Eslava Galán.

Portada de 'La década que nos dejo sin aliento', de Juan Eslava Galán.

«No somos una democracia sino una partitocracia, un gobierno de partidos», categoriza. Los políticos aspiran, bajo su punto de vista, «a prolongarse en el poder, mirando por su partido, pero no por la ciudadanía». Coquetea así con los principios del movimiento 15-M, aunque considera que «no van a ninguna parte por su falta de cohesión». «No tienen plan más allá de protestar».

De las muchas quejas que presenta sobre aquella época destacan dos: No entiende cómo no tenemos una ley de educación digna, ni que todavía sigamos sin saber la verdad del Golpe de Estado de 1981. En su libro cuenta, a través de una conversación imaginaria entre los leones que custodian el Congreso, cómo fue aquel día que mantuvo en vilo a España. Como docente experimentado que es, advierte de que la educación no es tema de un Ministerio sino un tema social. Pide al nuevo Gobierno una buena ley educativa que apueste por el amor al esfuerzo y la disciplina.

Dentro de sus planes está continuar con esta saga histórica y presentar el próximo 7 de febrero su nueva obra de ficción, una historia que le ha salido feminista sin quererlo y que está ambientada en Granada, con una abadesa francesa muy pizpireta como protagonista.

Ojeando las fotografías de su libro cuenta que no hay ninguna escogida al azar. Cada retrato o anuncio publicitario es el reflejo de la sociedad española de los años 70. Una sociedad, marcada por los valores tradicionales y el despertar de cuatro décadas de dictadura.