Congelar el tiempo en estampas. Es lo que pretenden desde 2002 las valencianas Patricia Gómez y María Jesús González. Desde entonces están inmersas en un proyecto de estampación y recuperación histórica que centra su atención en lugares emblemáticos. Ambas son licenciadas en Bellas Artes y trabajan duro para doctorarse en Grabado. Ésta es su historia.
Experimentando y casi sin darse cuenta dieron el clavo. Obtuvieron la fórmula para crear un archivo histórico de edificios que están a punto de desaparecer. Con el espíritu aventurero de cualquier joven, y más si se es artista, quisieron hacer grabados a una escala más grande de lo convencional y para ello usaron las paredes en lugar de planchas al uso. Trabajaban con sus estampas, sin saber que estaban recuperando espacios.
Pero, ¿cómo lo consiguieron? Después de realizar una serie de pruebas para saber el tipo de tela, de cola y los tiempos de secado que una pared necesita, acondicionan el espacio de trabajo para que no haya polvo y la superficie se adhiera mejor a la tela. A continuación, fijan el tejido en la zona sobre la que van a trabajar y la encolan. Una vez seca se arranca, los resultados son sorprendentes. Capas que desvelan decorados clásicos de una casa Modernista, las dimensiones de un cortijo centenario o los mensajes de los presos de una cárcel abandonada.
Ellas se han convertido en albaceas de edificios y lugares de otras épocas. No quedan cortijos como el de Albacete, ni cárceles que sigan el patrón de la antigua penitenciaría de Valencia, tampoco hay casas modernistas como las del barrio de El Cabanyal. «Son lugares en los que ha quedado una huella de algo que ha existido, pero ahora en el presente tienen un valor singular porque son únicos y porque, desgraciadamente, muchos están condenados a desaparecer», comenta Patricia Gómez.
El trabajo artístico que desarrollaron en el barrio marinero por excelencia de la capital del Turia, les sirvió para conocer mejor esta zona y la problemática que tiene, quién maneja los hilos, por qué se ha llegado a esta situación y quién ha consentido la degradación. «Es una experiencia enriquecedora porque estamos en contacto con la gente. Nosotras no trabajamos en un taller, lo hacemos en la calle y necesitamos que la gente nos ayude a localizar lugares y personas», subraya María Jesús González. Les sorprende la cantidad de personas que quería que desapareciera parte del barrio. Calles que están muriendo por dejadez administrativa pero que ahora, al menos, están grabadas en estampaciones que recuerdan las pinturas, los azulejos, las molduras y los colores clásicos de estas casas modernistas del siglo pasado.
Después de este proyecto llegó la cárcel Modelo de Valencia. Tras un arduo ir y venir de papeles, permisos y entrevistas, consiguieron gracias al jefe de Gestión Inmobiliaria el permiso para trabajar en la antigua prisión. Las valencianas comentan que es un espacio histórico «por dos razones: por su arquitectura y por el lado humano». Allí descubrieron los espacios donde vivieron los presos y desvelaron algunos de los mensajes que dejaron en las paredes. Patricia y María Jesús permitieron que las paredes hablaran y ellas las escucharon. Uno de los momentos más especiales ha recibido el título de ‘Celda 163’. Tras encontrar un mensaje en una de las habitaciones de los reclusos descubrieron que había una nueva capa con otro mensaje. Siguieron con el mismo proceso y consiguieron arrancar hasta seis escritos diferentes. Notas superpuestas y separadas por capas de pintura y por el paso del tiempo.
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Cruzando fronteras br> Este verano, además, cruzaron el charco y se marcharon a hacer las américas con una invitación de Philagrafika, el Festival Internacional de grabado contemporáneo. El comisario de la exposición les propuso mostrar un lado más original e innovador del mundo del grabado en el certamen bienal. Allí además de estampar algunas celdas, aprovecharon para hacer una pieza sonora. En enero volverán a Estados Unidos para presentar la exposición en el instituto de diseño Mur College. Y aprovecharán para ir pensando cuál será su próximo proyecto, qué nuevo edificio condenado a desaparecer será rescatado del olvido y estampado para conservar por siempre las características típicas de su estructura, la escala cromática escogida en una determinada época o los recuerdos de antiguos habitantes. |
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Comentarios
2 Responses to “Cuando las paredes hablan”
Muy interesante.
Un cosa? Los textos de las paredes se verán invertidos, no?