Cambiaron los hábitos de consumo de información. Picamos entre horas; lo mismo da comer en casa que en el metro. Devoramos todo, venga de alguien con o sin carnet de manipulador. En las charlas de bar, economía y política son protagonistas. Hay otro «clima”, comenta el periodista Juan Luis Sánchez, con quien nos sentamos a degustar de todo un poco.

Juanlu Sánchez fue cofundador y editor de ‘Periodismo Humano’ y ahora forma parte del equipo fundacional de ‘eldiario.es’. Foto: Eduardo Arcos.
Juan Luis Sánchez (Sevilla, 1983) es periodista. Fue cofundador de ‘Periodismo Humano’ y su editor hasta enero de 2012. Ahora está inmerso en el lanzamiento, en septiembre, de ‘eldiario.es’, un nuevo medio digital sobre economía y política, del que es subdirector. Su cobertura informativa del 15M ha sido publicada en medios internacionales. Es un habitual de las charlas y debates sobre comunicación, periodismo y sociedad en red. Por todo ello, su visión sobre la profesión periodística y los movimientos sociales que ahora se dan cita más que nunca en la calle centran nuestra conversación.
El periodismo ha perdido ese estatus del que gozaba hace años. ¿En qué crees que radica la falta de credibilidad de los medios?
El periodismo, como función social, ha perdido valor. La gente ya no percibe que somos imprescindibles, sino que somos incluso parte del problema. Antes, los periodistas teníamos el monopolio de la palabra. Eso ha dejado de ser así. Estamos cometiendo una negligencia profesional cada vez más acuciante, sobre todo, por culpa de los grandes medios de comunicación, por las decisiones empresariales. Y eso acaba provocando una desconexión brutal entre los periodistas y la gente, que se supone que es a la que se defiende.
¿Cómo hacer entender esa función social del periodismo?
Practicando el buen periodismo. Yo no tengo la clave. Tenemos que concentrarnos, refugiarnos y potenciar ese otro periodismo de contexto, de análisis, para seguir teniendo un rol central en la realidad.
Y para ejercer ese tipo de periodismo, ¿seguiría siendo necesario su estudio en la universidad?
Tal y como yo lo estudié, no sirve para nada. La formación periodística debe cambiar. Tiene que ser mucho más política, más social y también mucho más tecnológica de lo que es ahora. En la mayoría de facultades de comunicación, más de la mitad del temario te prepara para ser doctorando en Comunicación. Sí, al final acabas siendo un experto en las teorías de Lasswell y Shannon, pero no tienes ni idea de lo que es un Decreto Ley. Y eso es un problema.
Tenemos que concentrarnos, refugiarnos y potenciar ese otro periodismo de contexto, de análisis, para seguir teniendo un rol central en la realidad
Hace poco leí unas declaraciones en las que decías que el periodismo «ya no es un oficio, sino una metodología». ¿Puedes explicarlo?
El periodista ya no tiene el monopolio de la comunicación. Ya no somos notarios de la verdad, sino que hay gente que puede hablar y ser creíble. El esquema ha cambiado. Al final, el periodismo ya no es un puesto de trabajo ni un oficio, sino una metodología: si cumples los requisitos para que una información sea fiable, creíble, honesta, esté contrastada y tenga función, estarás haciendo periodismo. Ya no necesitas un título ni un puesto de trabajo para comunicarte con una comunidad de personas.
El Gobierno acaba de rechazar las enmiendas y vetos a la reforma de la Ley Audiovisual, que abre la puerta a la gestión privada de cadenas autonómicas. ¿Son necesarias una televisión y radio públicas?
Sí, y no sólo una [afirma con rotundidad]. A lo mejor ya no tiene sentido una gran televisión generalista, sino que, aparte de que haya un canal 24 horas de información, debería haber también canales especializados en diferentes ámbitos, sin publicidad. La gente necesita información rigurosa, independiente y no comercializada.
¿Cómo has vivido el reciente despido de profesionales como Toni Garrido o Juan Ramón Lucas de RNE?
Me entristece. Creo también que están intentando vaciar TVE, no sólo quitando aquellos elementos que ellos puedan pensar que son poco manejables ideológicamente, sino también por una cuestión de modelo. La ideología liberal no cree en los medios de comunicación públicos. No sólo es que les parezcan peligrosos, sino también prescindibles.

«El periodista ya no tiene el monopolio de la comunicación. Ya no somos notarios de la verdad, sino que hay gente que puede hablar y ser creíble. El esquema ha cambiado», avisa.
Muchos medios desaparecen por falta de ingresos. Es inevitable preguntar cómo se financiará ‘eldiario.es’.
Se va a financiar de cualquier manera posible [ríe y hace una pequeña pausa], para garantizar que podamos hacer lo que queremos hacer. Tenemos planificado que se sostenga sobre dos patas: la publicidad, a la que no podemos renunciar, ni queremos. Y, por otra parte, necesitaremos que la gente aporte su grano de arena.
¿Rescatando un poco el modelo de ‘Periodismo Humano’?
Sí, pero mezclándolo con la publicidad. ‘Periodismo Humano’ tenía la parte de donaciones, pero también tenía subvenciones. Y en este caso, nosotros no tendremos subvenciones, pero sí publicidad. Queremos conseguir que haya una comunidad de personas que sean socias de ‘eldiario.es’ y que puedan aportar cinco euros al mes, para ser más independientes. No es que vayamos a dar a cambio contenidos, pero tendremos gestos con ellos: podrán leer algunos artículos antes que el resto, mantendremos una reunión mensual con ellos para debatir la línea editorial del medio, tendrán prioridad a la hora de acceder a las plataformas de participación del diario…
Tenéis una plantilla de colaboradores muy atractiva. ¿Trabajarán de forma altruista?
No. ‘ElDiario.es’ paga a los periodistas que escriben y a aquellos colaboradores habituales. Creemos que no podemos venir a innovar en el oficio cargándonoslo. Hay que ser responsables. Sé que me preguntas esto por ‘El Huffington Post’, pero ese no es el único medio que no paga a sus colaboradores. No haría más sangre de la cuenta, porque al menos ‘El Huffington Post’ dice que no paga. Hay otra gente que dice que paga y no lo hace.
‘Eldiario.es’ abordará sólo temas de política y economía. ¿Se habla más en la calle de estos temas?
La crisis y el 15M como catalizador han provocado que la gente vuelva a hablar de política. Que esté mal visto no enterarse de lo que está pasando. Se han activado mentalmente muchas personas que habían abandonado ese «Yo» político. Hay un clima diferente.
La crisis y el 15M como catalizador han provocado que la gente vuelva a hablar de política. Que esté mal visto no enterarse de lo que está pasando
Una de las reivindicaciones del movimiento 15M era el cambio de la ley electoral…
[Interrumpe] Eso no es verdad, pero bueno… [Ríe]. Perdona por interrumpirte.
Nada… En las asambleas, al menos, se denunciaba el modo en el reparto de escaños, pues favorecía el bipartidismo, comentaban.
Sí y no. Toda frase que empiece con «una de las propuestas del 15M fue…», es una frase mediatizada. El 15M no ha hecho ninguna propuesta concreta política y parte de la clave de su triunfo ha sido eso. Luego, otros grupos dentro del 15M, con sus intereses y sus influencias, han hecho propuestas concretas.
Pero, en los inicios, al menos en Valencia, ya se citaba eso en uno de los puntos.
Esos ocho puntos, donde estaba lo de la Ley electoral, eran de Democracia Real Ya, que es un nodo muy potente del 15M, pero que nunca fue 15M. A mí me pasó también. Mediáticamente todos queríamos saber qué quería esa gente, y cuando alguien dijo «Ley electoral», pues dimos por hecho eso. Y se convirtió como en la punta de lanza.
Precisamente, el Gobierno ha anunciado la reducción del 30% en el número de concejales, como medida de ahorro. ¿No favorecería más aún ese bipartidismo?
Sí, he leído algo, pero la verdad es que me lo tengo que revisar. Todo lo que podría decir sería de oídas. También habría que ver cuánto se ahorra con esta medida, porque hay muchos concejales que no cobran.
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«Los mineros han reactivado la legitimidad de la testosterona» br> Retrasamos esta entrevista por la concentración de policías y bomberos del jueves 12, frente al Congreso. ¿Cómo se sucedieron los hechos? Ahora son los funcionarios. ¿Ya no queda sector o colectivo que no haya tomado la calle? |
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