Los investigadores en España están haciendo las maletas. Unos meten pancartas y altavoces para salir a la calle a protestar por los recortes en investigación. Otros guardan la esperanza de encontrar las oportunidades en el extranjero que aquí el Gobierno les niega. Ambos perfiles han salido en busca de cambios (colectivos o personales). Y queda un páramo científico desolador.

Investigadores escenifican en la Estación del Norte de Valencia la fuga de cerebros vestidos con batas blancas y maletas. Foto: Pascual López.
Entre los motivos que han sacado a los investigadores de los laboratorios, está el recorte de un 80% en los gastos no financieros dedicados a I+D+i y el tijeretazo de un 18% en Educación Superior que contemplan los Presupuestos Generales del Estado para 2013. En términos absolutos, el gasto español en I+D+i cayó en 2011 al 1,33% del PIB (1,39% en 2010), según el INE. Esto rompe la evolución ascendente y la posibilidad de acercarnos a nuestros vecinos europeos, cuya media se sitúa en el 2%. Desde 2009, la financiación pública de I+D+i acumula un recorte del 38,67%.
Estos son algunos de los datos que el movimiento ‘Carta abierta por la Ciencia en España’ sacó a la calle el pasado 19 de diciembre bajo el lema ‘Sin I+D+i no hay futuro’. La iniciativa aglutina, por primera vez en la historia de España, a todos los actores del sistema de ciencia y tecnología (COSCE, CCOO, UGT, Plataforma de Investigación Digna, CRUE, Federación de Jóvenes Investigadores y Asociación Nacional de Investigadores Ramón y Cajal). El objetivo es evidenciar que, si no se pone remedio, estos ajustes conducen “a un punto de no retorno”.
Una de las consecuencias de estas medidas es la “paralización” de la actividad científica en España, tal y como indica Irene de Higes, vicepresidenta de Joves Investigadors. Por su peso, el damnificado más emblemático es el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la mayor institución pública nacional con un 20% de la producción científica y responsable de un 45% de las patentes solicitadas por el sector público. La viabilidad económica del CSIC, con 126 institutos de investigación a su cargo y un personal de casi 13.000 personas, se tambalea tras la reducción del 30% en el presupuesto de los Organismos Públicos de Investigación (OPI) en los últimos cuatro años. Justo cuando el CSIC había cogido carrerilla y se había convertido en la novena institución del mundo en producción científica, según el ranking del grupo de evaluación Scimago.
La situación de la investigación y la docencia universitaria también es crítica, tal y como enfatizaron los rectores españoles en un manifiesto conjunto, en el que denuncian la “asfixia económica” que sufren las universidades por culpa de los recortes presupuestarios del Estado y las autonomías, lo que se traducirá, a su juicio, en un “deterioro irreparable”. Por eso reclaman que “la educación superior, la investigación, el desarrollo y la innovación, que van intrínsecamente unidas entre sí, sean consideradas como una inversión y no como un gasto”.
De ERE en ERE
Paco Pastor trabaja en la Fundación CEAM con contrato indefinido. El Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo lleva tres años consecutivos sufriendo recortes que han supuesto en 2012 una reducción del 70% de la subvención recibida de la Conselleria de Medio Ambiente respecto a 2009. La labor de investigación sobre el cambio climático que realiza se ve amenazada por estos ajustes que desembocan en bajas de investigadores por finalización de proyectos o no renovación de contratos. La estocada la dio un ERE en abril, que redujo la plantilla en un 50%. Se espera otro a principios de 2013.
“En nuestro centro se han tenido que abandonar líneas de investigación, los compromisos en proyectos se están manteniendo de manera muy precaria gracias al esfuerzo de todos los compañeros. No se puede comprar material para reponer equipos averiados, trabajamos sin calefacción en el edificio, no hay dinero para asistir a congresos, han llegado a pedirnos que adelantáramos el dinero, que se nos devolvería cuando se pudiera…”, explica el doctor en Ciencias Físicas y profesor asociado de la UJI.
Este panorama se repite en muchos centros públicos y las consecuencias ya están aquí, apunta Pastor. “Todo esto va a suponer un retroceso de 20-30 años para la ciencia española. En la actualidad grupos de investigación o centros extranjeros buscan nuestra colaboración o aceptan nuestras propuestas de colaboración en proyectos debido al prestigio que hemos alcanzado. Cuando nuestro trabajo comience a fallar, por falta de medios, dejaremos de ser colaboradores apetecibles para los proyectos y se irán reduciendo nuestras posibilidades de obtener financiación, lo cual acentuará nuestra escasez de medios y empobrecerá nuestros resultados. Se está comenzando a entrar, en una espiral de empobrecimiento científico y económico de nuestro sistema de ciencia que será muy difícil, lento y caro remontar”, asegura.
Medidas anticíclicas
El sistema de investigación, desarrollo e innovación en España baila al ritmo de la coyuntura económica, y el castillo de naipes no se sostiene en este contexto. Muchos países punteros adoptan medidas anticíclicas en I+D+i; es decir, invierten más durante periodos de recesión económica. Alemania ha incrementado el presupuesto de las instituciones de investigación en un 5% hasta 2015 y Francia ha anunciado un paquete de estímulo a la investigación de 35.000 millones de euros. España camina en sentido contrario.
Si no se sientan unas bases sólidas para apuntalar el castillo de naipes, el necesario (y comentado hasta la saciedad) “cambio de modelo” sólo será una utopía cada vez más alejada. O se juega todo a la investigación (con o sin crisis económica) para superar las debilidades de nuestro tejido productivo, o la declaración de intenciones de políticos y leyes será papel mojado, pese a que la solución ha sido identificada: “El modelo productivo español (…) se ha agotado, con lo que es necesario impulsar un cambio a través de la apuesta por la investigación y la innovación como medios para conseguir una economía basada en el conocimiento que permita garantizar un crecimiento más equilibrado, diversificado y sostenible”, dice el Preámbulo de la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Voilà.
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Éxodo de cerebros br> José Martínez Hernández pertenece al último grupo. Estudió Biología y se doctoró en Neurociencias. Emigró a Grenoble (Francia) cuando expiró su contrato en diciembre del año pasado, aunque también intervinieron circunstancias personales en su decisión. Su opinión sobre el futuro de la investigación España no es muy alentadora. “Estamos al borde del precipicio. En investigación se necesita una masa crítica de personas para poder producir a un buen nivel. Se necesita a esas personas para discutir, producir nuevas ideas, formar a la siguiente generación y estar a la última en lo que se ha descubierto en el resto del mundo. Si se elimina a gran parte del personal no se podrá mantener el ritmo de investigación, y en unos años tampoco habrá recambio generacional. Da bastante miedo pensar cómo pueden evolucionar las cosas…”. De momento no tiene previsto regresar. El anuncio de 35.000 millones del gobierno galo para estimular la investigación hace que José Martínez se plantee hacer unas oposiciones y continuar su carrera allí “de manera definitiva”. ¿Por qué no se hace esto en España? “No tenemos una cultura del largo plazo, de ahí que nuestro modelo económico se base en la construcción y el turismo. Tampoco hay una cultura científica por parte de los políticos. Estoy harto de escuchar que tan solo se van a financiar proyectos de calidad, de excelencia científica, que vayan a producir resultados importantes para la sociedad. Si se investiga es porque no se sabe qué es importante. El resultado siempre es incierto”, aclara. La fuga de cerebros, según el biólogo, supondrá “un lastre para la sociedad y la economía del futuro. Nos anclará en un modelo económico en el que habrá que importar y pagar lo último en tecnología, a la vez que el motor económico será el turismo, sin poder diversificar”. |
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Comentarios
10 Responses to “Investigadores que huyen y la ciencia que queda”
A ver, que nos perdemos. Los que se van no son todos cerebros ni de lejos, eso para empezar.
De los que se quedan, muchos tienen expedientes brillantes que no casan con su inutilidad a la hora de publicar NUEVOS artículos científicos, i.e. nueva ciencia. Esto sólo se explica por la endogamia y la necesidad de pedir dinero el estado para proyectos que no se llevan a cabo, o rara vez son útiles científicamente.
Hay mucha endogamia, y mucha gente que tiene becas inmerecidamente, entre los que se van hay muchos que no han accedido a ese sistema podrido y que fuera tendrán una oportunidad, tal vez tardía de empezar a hacer ciencia cobrando, oh! cielos, un sueldo MERECIDO PARA UN LICENCIADO.
Mientras en España se quedan grupúsculos de luchadores rodeados de gente que hace refritos y que repite datos. En España hay muy poca INNOVACIÓN y mucha mediocridad.
Sinceramente, en España hay cierto nivel, pero no será diciendo que los que se van son cerebros, o que se dé más dinero a los sistemas endogamicos como se va a resolver el sistema.
Pero eso es una perogrullada muy grande.. al igual que no son «cerebros» todos los que consiguen becas, porque yo por experiencia propia he visto más actitudes en algunos compañeros con medias de 5-6 que en otros con expedientes brillantes que parece que están en investigación porque no han encontrado un hueco en la empresa privada, cuando la investigación debería ser algo vocacional…
«Fuga de cerebros» es una expresión metafórica que se emplea para designar la exportación de científicos formados en un país por la incapacidad del sistema nacional para absorberlos (tanto las instituciones públicas como las empresas privadas). Con todo lo que eso conlleva. Es decir, invertir en formación y tirar ese dinero a la basura. No creo que sea necesario aclarar que todos los científicos que se marchan no son Einstein (si es eso lo que quieres decir). El reportaje alude claramente a que existe un problema estructural («superar las debilidades de nuestro tejido productivo»). No sólo es cuestión de subvencionar, también de que haya una transferencia tecnológica a las empresas. De todas formas, no creo que la mediocridad sea la tónica general de los investigadores españoles. Es tu opinión. Respetable, pero tu opinión. Y en el reportaje hay otras opiniones con nombres y apellidos (por tanto más respetables que la tuya, al menos más valientes).
Por favor no incluyan a los sindicatos como parte de los actores del sistema de ciencia y tecnología. Que hoy en día no representan a nadie. No son más que otros aprovechados más de este sistema decadente y sólo piensan en engordar sus bolsillos con las limosnas que les dan sus amigo (independientemente del color que sea) del gobierno.
A los sindicatos se les incluye como firmantes de la ‘Carta abierta por la ciencia’ y, pese a todo, forman parte del sistema de ciencia y tecnología. Muchos de los investigadores son afiliados sindicales y las Federaciones de Educación de los sindicatos participan (no entro en si correctamente o no) en el sistema. Por tanto, influyen en su funcionamiento. Gracias por comentar.
Es una vergüenza perder una generación entera de investigadores y un gran paso atrás, porque parar las investigaciones significa perder el puesto en la carrera de la investigación con otros paises. Luego tendremos que comprar patentes, en vez de crearlas y sacar nosotros el beneficio. Un ejemplo https://www.youtube.com/watch?v=4zag_aN3lQI&list=PLlzpgkoN_0p_hen_FsP8sJ-zdX808eE5u&index=2
En el año 2009, se convocó una oposición para una plaza de investigador en el CSIC, Consejo Superior de Investigación, se presentaron dos candidatos y ganó uno de ellos con una diferencia de una DECIMA (0,1). Como el resultado no fue muy claro y parece hubo algunas irregularidades, se investigó. Se descubrió que para la concesión del Ramón y Cajal, no habían existido los 2 años de estancia en una Universidad extranjera necesarios para su adjudicación, por lo que se denunció y se fue a juicio.
Ahora en la actualidad el juez dictamina: que el tribunal Calificador realice una nueva valoración de los meritos del candidato ganador XX………excluyendo como merito del candidato ganador la beca Ramón y Cajal, con las consecuencias….etc.etc.”. De esto se deriva la pregunta ¿cómo valorarías dicho contrato?. Cuándo la diferencia en la oposición ha sido de 1 DECIMA (0,1) ¿qué pasara, en una nueva EVALUACIÓN, llevada a cabo por el mismo Tribunal Calificador?. Creo es muy importante la decisión del tribunal ya que si no se valora justamente se cometería el mismo “error” de la primera evaluación. Un contrato que requiere tanta preparación, formación y sobre todo el sacrificio y el esfuerzo de dejar tu casa, tu familia y tu país, no puede valorarse con una simple DECIMA. Es algo que hiere la inteligencia de cualquier persona honrada y sensata. Y teniendo en cuenta este resultado las consecuencias posteriores puede ser graves, y una de ellas podría ser que desde este momento la condición que exige el BOE, de estancia de 2 años, ya no sea necesaria, dado el ejemplo y el resultado de esta oposición, con lo que el agravio comparativo con todos los RyC anteriores sería palpable..
Además surgen diferentes dudas. ¿Cómo se pudo obviar en un currículo una deficiencia tan grande como no reunir los 2 años de estancia?. Fue la incompetencia de un funcionario del Ministerio de Ciencia o….. algo más. Y la pregunta siguiente es como se pudo seguir admitiendo ese merito inexistente en el currículo, por la institución que convocaba esa oposición es decir por el Consejo Superior de Investigación Científicas.(CSIC)
Lo 1º que siento es una gran vergüenza ajena por la persona con tan poca ética y honradez capaz de falsear datos, y por las personas que apoyaron y no contrastaron los documentos que tenían obligación de estudiar. Lo 2º es que lamento profundamente el descrédito que supone para dos instituciones(M.Ciencia y Tecnología y Consejo Superior de Investigación) que siempre se han distinguido dentro y fuera de nuestro país como ejemplo de buen hacer. Es muy triste que en estos tiempos el huracán (corrupción, prevaricación, falsedades y mentiras) que hace temblar nuestra sociedad, también llegue a estas instituciones que deberían ser un baluarte para poder seguir siendo ejemplo de los futuros jóvenes, pues la ciencia, la tecnología y la investigación será lo único que pueda levantar a nuestro país.