“He arrojado la toalla con los medios de comunicación españoles”

El ganador del premio World Press Photo 2011 Samuel Aranda (1979) ha establecido su base de operaciones en Crespià, un pueblo de tan solo 266 habitantes en la frontera de Cataluña con Francia. No tiene televisión, y dice haber desistido con los medios de comunicación españoles por muchos motivos. Entre…

“He arrojado la toalla con los medios de comunicación españoles”

El ganador del premio World Press Photo 2011 Samuel Aranda (1979) ha establecido su base de operaciones en Crespià, un pueblo de tan solo 266 habitantes en la frontera de Cataluña con Francia. No tiene televisión, y dice haber desistido con los medios de comunicación españoles por muchos motivos. Entre otros, porque los considera de los menos imparciales que conoce.

Su trabajo se hizo visible en los debates de cafetería en septiembre de 2012 con la publicación en el ‘New York Times’ de ‘En España, austeridad y hambre’. Se acusó entonces al diario norteamericano de ofrecer “una imagen devastadora del país”. Varios medios de comunicación, como ‘ABC’, calificaron las fotografías como “rebuscadas imágenes de exclusión social” y denunciaron una campaña de desprestigio por parte de la prensa anglosajona. Incluso ‘Onda Cero’, el ‘Ideal de Granada’ o ‘Antena 3’ iniciaron una contracampaña llamada ‘Las imágenes de España que no publicó The New York Times’, en la que los usuarios podían enviar fotos que dieran una imagen positiva del país.

La polémica generada hizo que el nombre de Samuel Aranda apareciera en todos los medios. Aunque este reportero gráfico, por esas fechas, ya llevaba diez años cubriendo conflictos en el Líbano, Irak, Palestina, Túnez, Egipto o Libia. En 2011 comenzó su cobertura continua de las revoluciones árabes y fue en Yemen donde captó la imagen ganadora de la muestra de fotografía documental más importante del mundo, World Press Photo, que se exhibe en el Palau Joan de Valeriola de Valencia hasta el 16 de febrero.

Samuel congeló a Fátima al-Qaws acunando a su hijo Zayed, de 18 años, quien sufría los efectos del gas lacrimógeno tras participar en una manifestación callejera en Sanaa (Yemen). Al menos 12 personas murieron y unas 30 resultaron heridas ese mismo día. Fatima encontró a su hijo en una mezquita que se utilizaba como hospital. Zayed estuvo en coma durante dos días tras el incidente.

La muestra World Press Photo 12, organizada por  DoctorNopo y la Fundación Chirivella Soriano en Valencia, se quedará en el Palau Joan de Valeriola  hasta el 16 de febrero. Foto: Pablo Brezo (DoctorNopo)

La muestra World Press Photo 12, organizada por DoctorNopo y la Fundación Chirivella Soriano en Valencia, se quedará en el Palau Joan de Valeriola hasta el 16 de febrero. Foto: Jesús Blesa (DoctorNopo)

Se ha comparado tu foto con La Piedad de Miguel Ángel.
Sí, bueno. Fue un periodista quien hizo esa comparación, yo tuve que buscar la imagen en Google. Vengo de una familia totalmente atea, comunista, así que no tenía ni idea de qué significaba a nivel religioso. En nuestra cultura, la occidental, nos obsesionamos en poner etiquetas a todo. Nos da miedo descubrir cosas nuevas. Para mí es una fotografía de una madre cuidando a un hijo.

¿Cómo te preparas para cubrir un conflicto?
Te involucras con la gente. Hay momentos muy duros, pero también hay espacio para la diversión. Es muy fácil trabajar ahí, en el mundo árabe no tienen esa idea preconcebida de que debes huir del fotógrafo. Si sacas la cámara en una calle de Valencia, Barcelona o Madrid te das cuenta de que la gente tiene miedo de la cámara. Allí la gente es mucho más abierta en ese sentido. Valoran de una forma positiva que los fotografíes porque de ese modo tú transmitirás lo que está pasando. Aquí sería imposible ir a un tanatorio y fotografiar a una madre que ha perdido a su hijo.

¿Qué puertas te abrió ganar el premio World Press Photo?
Recibir ese premio te da la posibilidad de poner el foco sobre diferentes escenarios en el mundo, y yo elegí documentar España porque estoy muy conectado con este país. Me siento profundamente defraudado con lo que está pasando y había que contarlo. Para mi el ‘New York Times’ es el diario más ético en el que he trabajado hasta ahora, y es el que me ha ofrecido medios para hacerlo.

«Los medios de comunicación de España son los más maniatados del mundo. Son los medios con menor imparcialidad de cuantos conozco»

¿En qué estás trabajando ahora?
Llevamos tres meses trabajando en un reportaje sobre la corrupción en España. Es un encargo del ‘New York Times’, y será en blanco y negro. Es obvio por qué ciudades estoy pasando: Valencia, Castellón… Saldrá publicado en mayo. El problema está en que no sabes por donde cortar. Hace unos días explotó el caso Bárcenas, no paran de salir historias. Hay tanta corrupción, de tantos tipos y tintes políticos. Comenzamos en Galicia, con el caso Pokemon, y ahora estamos tocando pequeños ‘pufos’ inmobiliarios.

Hubo un sector al que no le sentó bien ‘En España, austeridad y hambre’.
Al sector al que le sentó mal no está sufriendo las situaciones que reflejan esas fotos. Si vives en una casa de puta madre, tienes un barco y puedes tomarte un ‘Gin tonic’ cada día pues tal vez no te apetezca ver las desgracias de los demás. Lo que me sorprende es que el problema sea que los medios de comunicación expliquen lo que pasa. Es divertido, esto ya lo viví yo en Egipto. Mubarak salió a la palestra diciendo que los periodistas estaban llevando a cabo una táctica para hundir el país. Son más o menos las mismas palabras que utilizó el director del ‘ABC’ cuando dijo que el ‘New York Times’ estaba conspirando para hundir la economía española. Así nos va.

Sí, pero nosotros (los periodistas) no deberíamos jugar a ese juego.
Los medios de comunicación de España son los más maniatados del mundo. Son los medios con menor imparcialidad de cuantos conozco. Yo he visto cosas aquí que no he visto en Estados Unidos, aquí está aceptado que los periódicos apoyen a un partido u otro. Y los periodistas lo tenemos asumido, interiorizado. En la prensa americana hay diarios conservadores y progresistas pero si sale a luz que unos soldados norteamericanos enviados por Obama han torturado a gente en Abu Ghraib, el ‘New York Times’ lo publica. No se les ocurre no publicarlo, o cambiar la versión para favorecer a Obama. A pesar de ser un diario progresista. Yo he arrojado la toalla con los medios de comunicación españoles, por muchos motivos. Por la línea editorial, por cómo nos tratan y por lo que nos quieren pagar. Es indignante. Trabajé mucho para ‘La Vanguardia’, y llega un momento en el que el sueldo no te da ni para tabaco. Esta mañana cuando llegué a Valencia tropecé con una manifestación contra los recortes, solamente había 50 personas. Después gana el Valencia C.F. un partido de fútbol y salen miles a la calle.