Normalmente el mundo de la informática se vale de imágenes evocadoras para aludir a los peligros que lo pueblan: Virus, troyanos, gusanos… cualquier usuario de un ordenador habrá tenido que vérselas en alguna ocasión con uno de estos molestos programas informáticos que se transmiten y reproducen para hacerse visibles en el momento más inesperado, consiguiendo acabar con su paciencia, o en los peores casos, con su sistema operativo.
Internet y las redes sociales han conseguido la evolución y la aparición de nuevas amenazas que cuentan con un factor añadido que las hace especialmente dañinas. Detrás de sus nombres virtuales, hay personas de carne y hueso.

Los trols son una amenaza de Internet tras la que hay personas de carne y hueso. Foto: Murf Web Studio.
Polemistas profesionales
Con la aparición de los primeros chats de Internet, como el IRC, donde cualquiera bajo un pseudónimo podía participar en discusiones y charlas sobre cualquier cosa, comenzó a acuñarse el termino de trol, para definir a aquellos usuarios que se dedicaban a crear controversias, a ofender o difamar de manera gratuita. Con el avance de Internet esta figura ha evolucionado estando presente en foros, blogs, grupos de discusión o todo tipo de redes sociales como Twitter o Facebook.
Ramón Redondo es el CEO de Murfi Web Studio y se dedica a asesorar a usuarios afectados por este tipo de ataques. Según él, el mayor peligro reside en el daño a la imagen social que puede provocar un trol: «si te conoce, puede sacar tus trapos sucios a la luz y, si no te conoce, sacar mentiras sobre ti. En ambos casos es una violación de la intimidad de la víctima que hace que se resienta toda su vida social en Internet. En estos últimos tiempos la ‘troleada’ más sonada ha sido la que le hicieron a Pipi Estrada en Punto Pelota”. Una ‘broma’ que culminó con la publicación completa de su agenda de teléfonos en twitter y que tuvo una gran repercusión a nivel nacional.
Pero no hace falta ser un personaje público para sufrir los ataques de un trol. Como cuenta Redondo, «hay veces que el ‘troleo’ empieza por algo muy pequeño y si se alimenta se convierte en un trol en potencia. Las motivaciones son de todo tipo. Hay algunos que odian al personaje, si se trata de alguien famoso y por eso se dedican a desprestigiarlo y otros que quieren aprovecharse de su fama para darse fama ellos mismos. Algunas veces son personas conocidas, que quizás son amigos delante de los demás y después te trolean en privado. De estos nos hemos encontrado el 40% de los casos que hemos estudiado”.
‘Don’t feed the troll’
El ‘trol tiquismiquis’ sería aquel usuario que entra periódicamente en nuestro blog buscando cualquier error, bien sea una falta de ortografía o de cualquier otro tipo para luego criticarnos. Otro tipo sería el ‘trol fan’, aquel que sistemáticamente ataca cualquier comentario o artículo que pueda ir en contra de su ídolo. También existe el que simplemente entra en un foro y se dedica a insultar sin motivo alguno.
Aunque desde su web dontfeedthetroll.com Redondo ha catalogado una decena de ejemplos diferentes, existen muchos más y todos ellos tienen en común una cosa: buscan nuestra reacción, que les hagamos caso y les contestemos. Esa es la clave para reconocer a un trol y también la llave para librarnos de él. «Lo más importante es no alimentar al trol. No hacer lo que él espera, que es que saltemos, que lo insultemos o que le demos cancha y en definitiva engordemos su importancia en nuestra vida«, recuerda Redondo.
«La libertad de expresión es algo necesario en la Red e incluso el anonimato. Lo que no se puede hacer es permitir que nos calumnien o que nos incomode cierta gente»
Entrar en debate con un trol suele ser siempre perjudicial, tanto para los usuarios, como para el responsable del foro o web donde se esté escribiendo. Mucha gente puede dejar de escribir por miedo a ser insultada por estos personajes. Otros, al ver las reacciones entre los usuarios y el trol pueden decidirse a abandonar ese sitio web puesto que dejan de estar interesados en interminables discusiones que apartan al lector del tema principal del que trata la web. En cualquier caso lo más usual es que se cree un mal ambiente que aleje a los usuarios de nuestro blog, foro, chat, etcétera.
La máxima ‘Don’t feed the troll’ (no alimenten al trol), aunque es la norma aceptada entre la mayoría de webmasters y community managers a la hora de hacer frente a estos personajes, suele traer consigo un debate sobre hasta qué punto deben o no tomarse medidas como la moderación de comentarios o bloquear a determinados usuarios. En este sentido el ensayo ‘Internet Trolls’ escrito hace más de una década por Timothy Campbell suele considerarse una referencia básica para actuar contra ellos. Según Campbell, «si bien la mayoría de la gente en internet son ardientes defensores de la libertad de expresión, ésta no es un derecho absoluto; hay limitaciones prácticas. Por ejemplo, no se puede gritar ‘¡fuego!’ en un teatro lleno de gente. Aunque podemos tener derecho a decir más o menos lo que queramos, no tenemos derecho a decirlo donde nos dé la gana«. Algo en lo que coincide también Redondo. «La libertad de expresión es algo necesario en la Red e incluso el anonimato. Lo que no se puede hacer es permitir que nos calumnien o que nos incomode cierta gente».
¡Que cierran Hotmail!
Otro tipo de ‘seres malignos’ que utilizan internet como medio de incordiar, son los creadores y distribuidores de mails en cadena, conocidos con el término ‘hoax’. Como explica Luis Corrons, director técnico de PandaLabs, «los ‘hoax’ son bulos que circulan por la red, normalmente en forma de correo electrónico. Los más comunes suelen alertar de la aparición de un supuesto nuevo virus que nadie puede detectar y que destruirá nuestro ordenador. Otro tipo muy frecuente es el que avisa de que un servicio gratuito va a pasar a ser de pago: Microsoft empezará a cobrar por Hotmail, por ejemplo, o los más recientes donde se dice que Whatsapp pasará a cobrarnos por cada mensaje enviado».
Variantes hay muchísimas, desde el nigeriano que nos escribe ofreciendo una herencia, hasta el niño enfermo de leucemia que está esperando un trasplante, pasando por los que ofrecen regalarnos un móvil si reenviamos un mail a diez contactos. Identificar estos mensajes suele ser relativamente sencillo, aunque muchas veces juegan con la ignorancia o la buena intención de los internautas menos expertos. «Se trata de un mensaje de correo proveniente de algún contacto, avisando sobre algo urgente. Normalmente, para hacerlo más creíble se citan grandes empresas o medios de comunicación. Siempre piden al final del mensaje que lo reenviemos a todos nuestros contactos. En ocasiones aparece un incentivo más, que es una velada amenaza diciendo que debemos reenviar el mensaje y así no nos cobrarán por Hotmail, Whatsapp o cosas similares».
¿Reenviar sí o no?
En multitud de ocasiones seguro que recibimos ‘spam’ y correo no deseado ofreciéndonos servicios tan peregrinos como tarjetas de residencia, almohadas cervicales o pastillas para alargar el pene. En estos casos solemos preguntarnos: ¿de dónde han sacado mi dirección de mail?. Como responde Corrons, «un problema es que con el reenvío de correos indiscriminado alguien puede hacerse con nuestra dirección de correo y la de todos nuestros contactos de tal forma que lleguen a manos de algún ‘ciberdelincuente’ que las utilice para enviarnos ‘spam’.
Ramón Redondo también coincide en este punto, pero advierte de que las consecuencias van más allá. «Otro problema de los más comunes es que nuestra dirección de correo sea añadida a las listas mundiales de ‘spam’ y cuando enviemos un correo a la gente éste vaya automáticamente a la carpeta de correo no deseado y no se entere que le hemos enviado algo. Es muy engorroso quitarse de esas listas así que, lo mejor es no responder a nada».
Respecto a la prevención, la mayoría de clientes de correo tiene filtros ‘anti-spam’, aunque siempre acaba colándose alguno. La solución más sencilla, como indica Redondo, es utilizar el sentido común. «Cualquier cosa que no hemos pedido, que parezca sospechosa o que sea demasiado buena es mentira. Creedme. Si recibimos una herencia nos llamarán por teléfono, no nos enviarán un email».
br>
El ‘top five’ de la ciber-estafa br>
|
||
Comentarios
4 Responses to “Los malos malísimos de internet”
Muy bueno el artículo, pero revisa errores tipográficos 😉 No queda profesinal 😀
Como me ocurre con todos tus escritos, lo entiendo perfectamente cosa que no me pasa con la mayoría de textos que leo.
Me parece sencillo y perfectamente desarrollado para su divulgación. Felicidades.
Muy interesante! Lo comparto con su permiso.