Una voz que se te queda dentro, melodías diferentes y mimo en cada arreglo. Es la mezcla que pone sobre el escenario Monoh, que mañana para en Valencia, su ciudad, para mostrar todos los sonidos que le rodean en la Sala Matisse.

Monoh presenta mañana las canciones de ‘No Persona’ en la Sala Matisse.
‘No Persona’ es el primer disco de Monoh, pero no es lo primero con lo que se atreve el grupo de electrónica rock. Han sido seis años de maduración, recogida de sonidos y conjunción. Seis años en los que Pilar Bada y Pepe Alberola completaron el cuarteto con Jordi Ortolá y Carla Badenes, y en los que han sembrado con tres EP con personalidad propia.
Monoh se muestra original desde el primer acorde. ‘No Persona’ reúne tal cantidad de referencias encontradas que es casi un reto definirlo. Pilar, su cantante, pone forma a la mezcla: «Somos un ‘mashup’ de varios estilos y sonidos, ya que cada uno de nosotros escuchamos y nos influenciamos por artistas distintos». Algo, que da como resultado «un rock con tiznes electrónicos que no quiere desprenderse de su sonido más orgánico«.
Euforia electrónica y atmósferas envolventes se unen en un directo que comparten mañana en Matisse con Elíal. «Somos una pequeña nave espacial, llena de sonidos. Tocamos en directo cada uno de ellos, no llevamos nada pregrabado por tanto el despliegue de instrumentos y sintetizadores es bastante impactante a la vista», destaca Pilar.
‘No Persona’ es un disco con identidad propia, con pequeñas historias encerradas en él y con mucha vocación de grupo grande. Sólo hay que ver el ruido que la banda está haciendo fuera de España o el alcance del vídeo de ‘So long and thanks’ para darse cuenta de las posibilidades.
Letras cuidadas y músicas ponen en situación y se van intercalando en canciones tan diferentes como ‘Blood red’ o ‘Waltz’. Diferencias reconocibles atendiendo a que cada miembro de la banda aporta sus influencias, que van desde la melancolía de Matt Elliott o los suecos EF, a los últimos trabajos de Radiohead, pasando por el ‘groove’ y el jazz, hasta llegar a las voces con personalidad que influenciuan a Pilar: «Escucho bandas o autores discretos, siempre buscando el sonido orgánico y voces con textura como la de Emiliana Torrini, Lykke Li, o Vincent McMorrow».

Pilar Bada, cantante de Monoh.
La «feliz» aventura de la autoedición
Monoh ha tenido la suerte de poder decidir cada detalle del disco, hasta el diseño de la portada, autorretrato del propio Jordi Ortolá, también fotógrafo. El proceso creativo en el que cada canción fue encontrando su propia historia se alargó en el tiempo. Cada corte nació «durante largos fines de semana en los que quedábamos para componer y pre producir junto a Raúl Abellán, productor, el quinto y silencioso miembro de la banda y sin el que no hubiéramos podido componer», cuenta Pilar: «Los temas nacían desde un ‘riff’ de guitarra y una pequeña melodía de voz, ellas mismas iban encontrando su forma casi casi como un pequeño ser vivo que se iba inmiscuyendo en nuestras mentes».
Después de tenerlo todo preparado, ‘sólo’ quedaba la edición, realizada enteramente por los miembros de la banda. «Estamos muy felices de haber podido aprender en esta aventura, de poder haber decidido en cada segundo y aprendido en cada ocasión», presume contenta la voz de Monoh, quien no se olvida del ingeniero de sonido Alfonso G. Rodenas (ganador de dos Grammy), quien sirvió de inspiración al grupo «en algunos momentos de duda y confusión».
La inspiración se traslada ahora al directo, en los que Monoh «combina el ‘shoegazing’ y las ganas locas de bailar». Pilar lo tiene claro: «bipolares, paradójicos pero sobre todo, queremos creer que, coherentes con nuestro sonido».
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