Cuando las redes sociales son sociales

Conexión, entretenimiento y mucho tiempo desaprovechado. Es la concepción que tenemos la mayoría sobre las redes sociales. Una idea que cambia cuando de ellas surgen proyectos con trasfondo. Entonces cobra sentido lo de red y lo de social. Mateo es un niño de alrededor de cuatro meses. Nada más nacer…

Cuando las redes sociales son sociales

Conexión, entretenimiento y mucho tiempo desaprovechado. Es la concepción que tenemos la mayoría sobre las redes sociales. Una idea que cambia cuando de ellas surgen proyectos con trasfondo. Entonces cobra sentido lo de red y lo de social.

Mateo es un niño de alrededor de cuatro meses. Nada más nacer le fue diagnosticado un tipo de leucemia que hace que sea necesario que reciba un trasplante de médula. Tan pronto como conoció la noticia, su familia y su red de amigos comenzó a movilizarse. Crearon una web, un perfil en Twitter y una página en Facebook y #medulaparamateo se convirtió en poco más de un mes en casi un símbolo. El padre de Mateo, Eduardo Schell, es uno de los periodistas deportivos españoles más activos en Twitter y consiguió implicar a un importante número de deportistas y artistas que dieron visibilidad al problema y pusieron en el mapa, tanto las donaciones de médula, como los centenares de personas que esperan un donante en España.

Algunos de los famosos que han colaborado con la visibilidad en redes de #medulaparamateo.

Algunos de los famosos que han colaborado con la visibilidad en redes de #medulaparamateo.

El primer e importante paso, el de la visibilidad, ya estaba dado. Ahora sólo quedaba que llegara la viralidad para que #medulaparamateo pasara de ser una mera campaña en redes sociales a ser casi un movimiento. A pesar de ser verano, la campaña fue aumentando su popularidad geométricamente. En tres meses su web contabiliza 41.280 personas que se plantean donar, 3.999 que ya han pedido cita para hacerse las pruebas para ver si son compatibles y 6.878 personas que ya han donado de forma anónima, puesto que la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) no permite que las donaciones se realicen de forma particular entre dos o más individuos. Los datos muestran un incremento del 22% del número de donaciones en los ocho primeros meses de 2013 respecto al mismo periodo del año anterior, lo que da una idea del efecto de la campaña iniciada alrededor de la figura de Mateo.

Al calor de #medulaparamateo ha aumentado un 22% el número de donaciones de médula en España

Mateo es quien pone cara a un problema que padecen cuatro de cada diez enfermos que necesitan un trasplante de médula: que ningún miembro de su familia sea compatible y tenga que esperar a que en el banco de médula haya una para él. La comunidad que se ha creado alrededor de #medulaparamateo y #m4m, los dos hashtags que han hecho famosa la campaña en la red, ha permitido dar voz a más gente que está en el mismo caso que este bebé de cuatro meses, pero sobre todo ha potenciado la pedagogía sobre la donación de médula. Tanto la web como los canales en Facebook y Twitter se han convertido en lugares de encuentro de gente que quiere saber cómo ayudar, cómo donar, dónde acudir o cómo trasladar al lugar donde vive este tipo de iniciativa, ya sea otra provincia de España o lugares tan dispares como Estados Unidos, Brasil, China, Dinamarca o Rusia. Se ha creado con ello, una red social asistencial que no para de sumar usuarios activos y que cada día, de media, contabiliza alrededor de 5.000 menciones en Twitter y casi 34.000 visitas a la web.

Visibilidad y buenas intenciones

El caso de Mateo no es el único, ni mucho menos. Las redes sociales han servido desde su implantación como medio de comunicación de masas como altavoz de miles de campañas sociales, aprovechando la viralidad mayor o menor que han logrado alcanzar sus historias. Las que tienen que ver con la salud y con la búsqueda de fondos para causas complicadas de salvar se llevan la palma.

Twitter ha sido el principal caballo de batalla en lo que a acciones anti desahucio se refiere. Las distintas plataformas de asistencia que han aparecido contra los desalojos a lo largo de toda la geografía española han sacado mucho de su apoyo y su fuerza de una almohadilla y de miles de retuits. Se cuentan casos en Madrid, Pamplona, Valencia, Alicante, A Coruña o Gran Canaria de convocatorias que se realizaron por Twitter a través de los perfiles de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o la campaña Stop Desahucios, y que han permitido que se haga realidad aquello de que #MónicaSeQueda, #EdalbertoSeQueda, #IsabelSeQueda, #JoseAntonioSomosTodos o #MohamedSeQueda.

Con menos efectividad que Twitter pero con una sorprendente capacidad de movilizar a un sector de la red, las causas y recogidas de apoyos se han destapado como un nuevo canal de uso social de las comunidades de usuarios. Plataformas de presentación de iniciativas y peticiones de firmas como Change.org, Avaaz o Care2 han multiplicado su presencia al calor de campañas presentadas por movimientos derivados del 15M u organizaciones tradicionales como Amnistía Internacional o Greenpeace.

El periodista Pablo Herreros posa junto a las cajas con las firmas recogidas por su campaña en Change.org. Foto: Change.org

El periodista Pablo Herreros posa junto a las cajas con las firmas recogidas por su campaña en Change.org. Foto: Change.org

Change.org tuvo uno de sus grandes momentos de notoriedad cuando, al calor de una entrevista pagada por un programa de Telecinco a la madre de uno de los acusados en el juicio por la desaparición de la joven sevillana Marta del Castillo, el periodista Pablo Herreros comenzó una campaña de recogida de firmas para pedir la retirada de anunciantes del espacio. La idea acabó con miles de firmas, una denuncia de la cadena a Herreros “por supuestos delitos de amenazas y coacciones”, una contracampaña en la red de apoyo al periodista con la etiqueta #todosconpablo, la retirada en cadena de la mayor parte de los anunciantes, y la cancelación del polémico espacio de entrevistas.

Sin embargo, no todo es oro lo que reluce en Change.org, que se ha metido en varios charcos a medida que ha aumentando su número de ‘firmantes’. En dos años y medio «ha pasado de tener un millón de usuarios a tener más de 25 millones», tal y como escribía su director Francisco Polo en una carta enviada a ‘La Marea’ hace unos meses tras un reportaje en el que se detallaba el ánimo de lucro de la empresa. El aumento de usuarios no ha venido acompañado de mejoras en la verificación de los datos para comprobar, por ejemplo, que los votos son emitidos por una persona o que un mail corresponde efectivamente a un usuario real. Una duda que se creó cuando se abrió una petición que pedía la dimisión de la cúpula del PP y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras el estallido del caso Bárcenas y que firmaron casi un millón de personas.