2013, un año para no olvidar

Esta noche pasamos página. Pero antes de bajar la persiana hasta el próximo año conviene echar la vista atrás unos minutos. Ha sido un año intenso, de lucha social y lágrimas, de despedidas y rabia. Pero también de empoderamiento, solidaridad, música y cultura. En Nonada brindamos hoy un pequeño homenaje a 2013 rescatando algunas de nuestras historias

2013, un año para no olvidar

Si miramos por el retrovisor de 2013 vemos las caras de muchas personalidades fallecidas durante estos últimos meses. Nelson Mandela, Hugo Chávez, Margaret Thatcher dejaron su huella en el imaginario colectivo. Pero la historia no se teje a dos manos, son los sin rostro, aquellos cuyo nombre se desvanecerá con el paso de los días, quienes contribuyen desde las sombras al verdadero cambio social.

Algunos arriesgaron sus vidas saltando una valla, otros todavía yacen enterrados en fosas comunes. Hay quien salió del aula para tomar las calles e incluso quienes decidieron pasar hambre para que entendiéramos la magnitud de sus reivindicaciones.

En el transcurso de 2013 dijeron adiós Al Tall, y se preparan para hacerlo, esta misma noche, Obrint Pas. Pero la rueda jamás se ha detenido. Otras formaciones musicales han tomado impulso desde las calles del País Valenciano rescatando ritmos tradicionales o atreviéndose con el reggae, la electrónica o el rock. Otros proyectos arrancaron entre risas en la barra de un bar. Los artistas emergieron del maltratado subsuelo, y aprendimos a emprender, y a pedir ayuda a través de las redes sociales.

Los hermanos clamaron una vez más justicia. Mientras que el premiado fotoreportero denunció, sin tapujos, la nula imparcialidad de los medios de comunicación en España. Una cuestión debatida, por unos y otros, aquí también y hasta la extenuación durante los meses que duró el ERE de RTVV, un proceso agónico y cruel para los trabajadores que acabó con el cierre de la radio y la televisión pública de los valencianos.

Llegaron las monedas digitales e internet se convirtió en un instrumento para romper barreras arquitectónicas, pero también en un trampolín de lanzamiento hacia el consumismo desaforado. El padre de la economía del Bien Común dejó sobre la mesa algunas pistas y el profesor escribió autogestión y cooperación en la pizarra. Porque ciudades estadounidenses como Detroit habían dejado de parecernos lejanas, para empezar a resultarnos familiares.

Se apresaron las semillas, nos despidieron y la corrupción política, el fútbol y la crisis colapsaron las portadas de los medios. Pero Turballos, un año más, resistió los envites de una historia que les es ajena desde hace 30 años.

Parecía imposible elaborar un resumen noticioso del año sin verter ríos de tinta sobre al ex presidente de la Diputación de Castellón o sin hablar de la venta del Valencia CF, pero lo intentamos. En nuestra trastienda de actualidad han quedado apiladas infinidad de historias. La mayoría de ellas hablan de dignidad y de lucha, de superación y solidaridad, otras de esperanza. Muchas de educación y cultura. Porque Nonada es precisamente eso, la nimiedad, la pequeñez, la insignificancia que merece ser contada.