Improvisando en tres, dos, uno… ‘Subit!’

A falta de 10 minutos para que David, Ezequiel y Xavi estrenen su nuevo espectáculo de improvisación, ‘Subit!’, entramos en la Sala Carolina. Mientras los futuros espectadores escriben las frases que servirán de guión a los actores y el personal del teatro corre para ultimar detalles, abrimos la puerta secreta…

Improvisando en tres, dos, uno… ‘Subit!’

A falta de 10 minutos para que David, Ezequiel y Xavi estrenen su nuevo espectáculo de improvisación, ‘Subit!’, entramos en la Sala Carolina. Mientras los futuros espectadores escriben las frases que servirán de guión a los actores y el personal del teatro corre para ultimar detalles, abrimos la puerta secreta y nos colamos para contar los momentos previos al estreno.

David, Ezequiel y Xavi forman el elenco del el espectáculo de improvisación teatral 'Subit!'.

David, Ezequiel y Xavi forman el elenco del el espectáculo de improvisación teatral ‘Subit!’.

La sala está completamente oscura. Sobre el escenario, David y Xavi saltan, mientras dan continuas instrucciones a Quique, el técnico, que desde el fondo de la sala trabaja a contrarreloj regulando el audio y preparando las sintonías. Ezequiel se lamenta de que tengan tan poco tiempo para preparar técnicamente la función. Alguien abre la puerta y avisa: “¡faltan cinco minutos!”

Con los nervios de punta los actores hablan de lo primero que les viene a la cabeza, inventando acentos mientras hacen estiramientos. Saludan, ríen y se recuerdan que es importante no pisarse aunque, cuando se trata de improvisar, eso es casi imposible. Quique pregunta quién despide y cómo. A un par de minutos de la apertura de puertas aquí improvisa hasta el técnico.

Se reparten el orden de las intervenciones para presentar, preparan el ordenador, y desaparecen tras la cortina rumbo al camerino. Nosotros también, saltamos al escenario, y corremos tras sus pasos.

Bajando cinco escalones llegamos al otro lado del espectáculo. Les pillamos vistiéndose. Confunden las perchas entre risas y prisas, entre gritos y bailes. Desde el otro lado se oye una voz que advierte: “Abrimos puertas”. Buscan el sombrero y las gafas que han elegido como seña de identidad del nuevo espectáculo, se reúnen y, ante nuestra atenta y casi invisible presencia, los hombres de negro juegan a las palabras encadenadas mientras chasquean los dedos y suena John Newman.

El ritual previo es lo único que no se improvisa en este espectáculo. Nos convencemos cuando se abre la puerta secreta y aparece Quique, se une al círculo y los cuatro juntan las manos y gritan: “¡un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho!” Se abrazan y corren al escenario. Nosotros aprovechamos la huída del técnico al patio de butacas para colarnos con él. Nos sentamos en la primera fila y nos preparamos para disfrutar.

El público escribe en unos papeles las frases que después determinarán la función.

El público escribe en unos papeles las frases que después determinarán la función.

Se abre el telón y en el escenario aparecen tres actores capaces de inventar situaciones disparatadas y cambiar de personaje, de tono, de acento y de idioma a cada segundo, al ritmo de las exigencias del público. Explican el funcionamiento y advierten: “Este es un espectáculo único e irrepetible, nunca más se reproducirán las situaciones y los personajes que hoy van a ver”.

‘Siego de amor’

Se acercan al bol y seleccionan el primer papel, la frase o indicación que en él aparezca deberá ser repetida a lo largo de toda la función, en los diferentes gags. Es el primer papel, de la primera función de ‘Subit!’, así que no es extraño que desde la primera fila podamos ver como tiemblan las manos. El título no podría ser más sugerente: ‘¡Siego de amor!’, exclama Xavi. La sala abarrotada de curiosos que no acaban de creerse que estos tres tipos vayan a ser capaces de improvisar un espectáculo, se llena de aplausos.

El segundo papel contiene el argumento del primer gag, ahora sí, empieza el espectáculo, y es David quien da lectura: “todo el mundo sabe que los elefantes tienen rodillas”, en el patio de butacas, risas, y en el escenario, los tres hombres de negro, ataviados con sombrero y gafas de pasta, exclaman al unísono: “un, dos, tres…Subit!”

Desaparecen del escenario y tres segundos después vuelven a salir. Pero allí ya no están David, Xavi y Eze. A pesar de llevar la misma ropa, se han desprendido de los complementos y de su personalidad. Ahora, a pesar de la falta de escenografía, sobre un fondo rojo hay un cazador y un masai, en busca de elefantes con rodillas con los que entretener al público.

Tras esta primera y divertidísima improvisación hay más, muchas más, casi una decena, basadas en frases como “una gran ola me erizó los pezones” o “la vida son tres días y dos son fallas”. Los actores nos regalan personajes y situaciones desternillantes. Por allí pasan artistas falleros, parejas de enamorados, náufragos perdidos en el desierto y muchos otros creados especialmente para la ocasión. Sin decorado y sin vestuario, lo único que desborda el escenario de la Sala Carolina es talento, el de tres actores anónimos que desde hace seis años hacen lo posible para compatibilizar su vida y su trabajo con su pasión por actuar.

El próximo domingo, a las ocho de la tarde, ‘Subit!’ vuelve a la Sala Carolina, Xavi, Eze y David volverán a vestirse de negro, y a inventar situaciones improvisadas que, recuerden, nunca más se volverán a repetir.