“Les he cazado robando dos veces y lo puedo decir porque me han devuelto el dinero”

Quique González y José Ignacio Lapido soltaron a los perros el viernes en Valencia. Media hora de charla da para conocer a un Quique más tímido y pausado que sobre el escenario, fiel lector de Bukowski o Luis García Montero

“Les he cazado robando dos veces y lo puedo decir porque me han devuelto el dinero”

Con ‘Soltad a los perros’, la gira que ha llevado a Quique González y a José Ignacio Lapido a cabalgar juntos sobre una única banda, aterrizó el cantante madrileño en la sala Salomé de Valencia el 21 de noviembre. Más de diez guitarras sobre el escenario, entre acústicas y eléctricas, y una formación que elevó lo aparentemente simple, alternar el cancionero de ambos cantantes, a la categoría de sublime, interpretaron una pequeña parte del extenso repertorio de ambos músicos.

Durante dos horas de concierto un entregado público coreó los temas que han llevado al granadino José Ignacio Lapido y a Quique González a convertirse en referentes para quienes batallan en estos lares. Dos voces que, más allá de cortesías, han conseguido alcanzar una de las grandes metas, empastar diferentes registros y estilos a la perfección.

Media hora de conversación nos permitió conocer a un Quique González mucho más tímido y pausado que sobre el escenario. Un cantautor que publicó su primer trabajo ‘Personal’ en 1998 de la mano del afamado productor Carlos Raya y que se confiesa fiel lector de Bukowski o Luis García Montero. Con este último prepara una colaboración en la que Quique pondrá melodía a sus poemas como ya hizo una vez con ‘Aunque tú no lo sepas’.

Me consta que el laboratorio dónde todo empezó fue la casa de José Ignacio Lapido, en las Alpujarras. ¿Cómo se fue ensamblando el proyecto?

Somos amigos desde hace mucho tiempo, hay admiración mutua y ganas de hacer cosas juntos. Tuvimos la idea de hacer una banda con dos cantantes, de hacer algo bueno que estuviera a la altura de nuestra trayectoria.

Contáis con un equipo de jugadores de primera división. Entre ellos el disputado productor Ricky Falkner, ¿cómo conseguiste que se subiera al carro?

Es un musicazo, produce grupos muy buenos y habíamos grabado un par de temas con él. Así que le pregunté si conocía algún bajista con el que pudiéramos contar para la gira y se ofreció. Es fantástico, es el único que no pertenece a ninguna de las dos bandas y de alguna manera representa el equilibrio. Es divertidísimo, tiene mucho gusto.

El último regalo que Quique le hizo a Paco

He seguido la carrera de Quique González desde sus inicios y he tenido la suerte de poder verle en directo en varias ocasiones. Son muchas las experiencias y anécdotas vividas en sus conciertos, pero de todas ellas hay una historia que me marcó. En 2002 compré una entrada para asistir al concierto que se celebraría a la mítica Sala Roxy de Valencia por la noche. Dentro de la sala me encontré con un compañero de la facultad a quien todos conocíamos como Paco de Ontinyent. Él había acudido acompañado de unos familiares, ya que era invidente y no podía ir solo a este tipo de eventos. Me sorprendió mucho el hecho de que insistiese en situarse justo frente al diminuto escenario, en primerísima fila, desde donde casi podía sentir la respiración del cantante.

Fue impresionante observar cómo sentía la música, la emoción y la expresividad que desprendía con cada canción, muy superior a la de cualquiera del resto de asistentes. Nunca había visto a nadie disfrutar de esa manera de la música en directo, se concentraba exclusivamente en la energía sonora del momento dejando totalmente de lado otros aspectos como pudieran ser la misma puesta en escena de los artistas. ¡Fue acojonante!

Días mas tarde nos encontramos en los pasillos de la facultad y me contó que después de la actuación había estado hablando con Quique González, al parecer mantenía correspondencia con él, y me explicó que el cantante le había regalado la armónica que había usado durante aquel concierto.

Unos años después Quique González regresaría a Valencia una vez más. En este caso el sitio elegido para el concierto fue el Palau de la Música. Aunque Paco no se sentaría en aquella primera fila, había fallecido poco antes. Personalmente no tenía pensado ir a aquel concierto, pero finalmente lo hice. Mientras esperaba a que empezara pensé en Paco, me acordé de mi amigo. Por lo visto no fui el único. Mientras se desvanecían las luces y Quique González se sentaba frente al piano se dirigió al público explicando la historia de Paco, dedicándole el concierto y colocando una foto suya como homenaje encima del instrumento para que su recuerdo presidiera de esta manera todo el concierto. Aquel fue el último regalo que Quique González le brindó a Paco de Ontinyent.

No sé si viajáis juntos en la misma furgoneta; si es el caso debe ser otro concierto estar ahí dentro.

Sí viajamos juntos, ahora mismo estamos bastante enganchados a ‘Dawes’. Casi estamos más tiempo hablando de música que escuchando música en la furgoneta, charlando sobre grupos, contando anécdotas de nuestros héroes.

Hablando de anécdotas. Nos contó Jorge Drexler en su último concierto en Valencia que fue en esta ciudad donde cobró sus primeras 5.000 pesetas por tocar. En el café Berlín, en concreto. Para él fue un hecho simbólico. ¿Hay algún rincón que represente tus orígenes?

Pues para mí ese sitio sería ‘El rincón del arte nuevo’, fue el primer local que aceptó una maqueta mía y el primero en el que me dejaron tocar en Madrid con mi guitarra acústica. Estuve un par de años allí y han pasado un montón de artistas y músicos como Faemino y Cansado, Joaquín Sabina o Enrique Urquijo. Así que definitivamente ‘El rincón del arte nuevo’, en la calle Segovia, en Madrid.

Ya que mencionas a Urquijo. Hace unos días, el 17 de noviembre, se cumplieron 15 años de su muerte. Somos muchos los que te descubrimos a partir de ‘Aunque tú no lo sepas’. ¿Cómo te gusta recordarle?

Para mí significó muchísimo, era un maestro y yo sólo un chico que empezaba. Me trataba con mucho cariño, me animó a seguir. Saber que tenía su confianza hasta el punto de que me pidiera una canción me hizo crecer un montón. Le echo mucho de menos. El otro día, cuando se cumplieron los 15 años de su muerte…(Se calla durante unos segundos) A todos nos parece que ha pasado demasiado rápido. Ha pasado mucho tiempo, aunque afortunadamente sus canciones siguen muy presentes. Me gustaría tenerle por aquí en los bares tocando sus canciones.

No sé si eres consciente de que ahora el camino es a la inversa y mucha gente joven conoce a Urquijo a través de Quique González.

(Risas) Si es así, entonces me gusta mucho que eso suceda. Yo también he descubierto a gente que me gusta de esa forma, grupos que después se han convertido en ídolos y que he descubierto a través de las palabras que sobre ellos tenían gente que yo admiraba. En general en la música esto sucede muchísimo y yo que soy un romántico de esto. Me parece que es una forma de continuar una tradición.

¿Queda algo de ese Quique de locales escondidos y poco público tras 16 años en la carretera y nueve discos?

Me sigo considerando un músico de club, me gusta seguir tocando en bares. Por fortuna toco en locales más grandes porque viene más gente a vernos pero siempre me consideraré un músico de club. En esencia soy un chico que toca sus canciones con la acústica y su armónica.

Sí, pero hace unos años recordábamos ‘Cuando éramos reyes’ y ahora nos preguntamos ‘¿Dónde está el dinero?’.

El problema es la capacidad de aguante que tenemos. El estómago que tenemos para ver lo que está pasando y que la gente no se eche a la calle para pedirles que nos devuelvan lo que han robado; lo que han robado a tantas familias desahuciadas mientras otros se llevaban el dinero. Me sorprende como lo aceptamos de manera tan natural.

No eres muy dado a hablar de política en las entrevistas, aunque sí se deja ver en tus canciones. ¿Puede que sea porque no te preguntan?

Si no hablo más es porque no me preguntan. Tengo mi opinión como ciudadano que soy.

Entonces, ¿Vivimos en un país de ‘Viejos capos’ y ‘Presidentes de la desesperación’?

Es la realidad que observamos todos, salvo los que se llevan el dinero. Vivimos en un país donde todos pensamos que nos están robando. Desde las compañías telefónicas, Hacienda, el tío del taller que te arregla el coche… Es una especie de mal endémico que tenemos.

Aquí tenemos algunos buenos ejemplos de corrupción.

Valencia es un caso especialmente sangrante, igual que la Comunidad de Madrid. No se entiende que no se dé un castigo fuerte a los que llevan saqueando las arcas de la Comunidad Valenciana treinta años.

Hace 16 años ya decías en ‘Músico de Guardia’ que “es más sincero cuando no hay contrato que firmar”. Aunque sigas firmando contratos, en los últimos años te has decantado por dejar de lado a las grandes compañías como Universal o DRO Atlantic. De hecho llegaste a autoeditar tus propios discos. ¿También en este punto sentías que te robaban?

No quiero currar con alguien para quien el dinero sea más importante que la música. Tampoco quiero editar discos con una compañía que me robe, les he cazado robando dos veces, y lo puedo decir porque me han devuelto el dinero. Nadie devuelve algo que no ha robado. Pero bueno, más allá de eso, es gente que ha vendido música como hubieran podido vender zapatos, con todo mis respetos a los comerciantes de calzado, la música es otra cosa. La música interactúa con las vidas de cada persona de una forma que no tienen otro tipo de cosas. Libertad creativa siempre he tenido pero tenías que explicar demasiadas cosas. Estoy encantado con Last Tour, me tratan superbien, llevo más de ocho años con ellos. Mi vida en ese sentido ha ganado en calidad, lo pasaba mal y me quitaba ilusión cuando tenía conflictos con las compañías. A estas alturas no estamos para que te quiten las ilusiones.

Una ilusión cumplida habrá sido grabar tus dos últimos discos en Nashville ¿Has encontrado allí tu sonido?

Grabar allí ha sido alucinante por los músicos que han colaborado en el disco, por lo mítico del sitio, por las bandas que he visto allí. Aunque no hubiéramos grabado, sólo tocar con ellos ya hubiera sido una experiencia magnífica. Estoy pensando en grabar el siguiente de otra manera, pero seguro que volveré a Nashville en algún momento.

¿Habrá décimo disco entonces?

Tengo medio disco hecho, cuando termine la gira con Lapido me gustaría grabar y acabar el décimo disco.

¿Si ésta fuera tu última gira, si ‘Delantera Mítica’ fuera tu último disco, con qué canción te gustaría que te recordáramos?

Pues estoy bastante enamorado de las últimas canciones que estoy escribiendo. Como las he grabado, al menos en el teléfono, puede que alguien se preocupara por sacarlas, pero bueno… Normalmente la canción que más quiero es la última. Es la que necesita más cuidado.

Quentin Tarantino anunciaba hace unos días que se retirará tras su décima película. No debemos temer porque tú lo hagas, ¿verdad?

Es mi ilusión y mi oficio y es lo que sé hacer. Quiero continuar ganándome la vida haciendo canciones y espero poder seguir haciéndolo durante mucho tiempo.