«No cuadra que en el siglo XXI existan centros en los que te internan por no tener un papel»

Alicia Medina dirige ‘La puerta azul’, un documental que intenta poner sobre la mesa todas las visiones sobre los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), usando el de Zapadores como foto fija

«No cuadra que en el siglo XXI existan centros en los que te internan por no tener un papel»

Tras una gran y oxidada puerta azul se encuentra el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores, el único establecimiento público de carácter no penitenciario de Valencia y en el que se retiene de manera cautelar y preventiva, según dice la normativa, a extranjeros que no tienen regularizada su situación legal en España antes de ser expulsados. Sobre el papel, no se trata de una prisión, aunque campañas como CIEs NO llevan años denunciando detenciones no justificadas, malos tratos y condiciones pésimas.

Intentar explicar el fenómeno de los CIE desde la mirada local del centro de Zapadores pero con la perspectiva global de ser uno de más de 220 en toda la Unión Europea, es uno de los objetivos de ‘La puerta azul’, un largometraje documental rodado por Alicia Medina (dirección, guión y montaje), Marina Sanjuán (fotografía) y Javi Rumí (sonido y audio). Medina traza un recorrido por todas las voces que pueden aportar una opinión sobre los CIE, desde internos que han pasado por Zapadores, hasta jueces, policías y representantes de todas las fuerzas políticas. Un recorrido por aquellos que pueden dar luz a una de las zonas más oscuras de la sociedad española.

¿De dónde nace la idea de ‘La puerta azul’?

Viene de hace tiempo. Cuando estaba de Erasmus en Bruselas, en una conversación de bar me enteré de que allí existían unos centros de internamiento de migrantes para expulsarlos. Muy inocente dije cómo podía tener Bélgica este tipo de centros y me respondieron que mirara en España, donde las condiciones estaban incluso peor. Cuando volví me puse en contacto con la campaña CIEs NO, alrededor del año 2010. Empecé a interesarme sobre el tema y en mayo del año pasado planteamos hacer un corto documental con un rodaje express sobre el CIE de Zapadores. Nos gustó la idea y nada más hacer las primeras entrevistas nos dimos cuenta de que el proyecto tenía que ser mucho más amplio y con más profundidad.

Se quedó muy corto el cortometraje.

Muy corto. Nos lanzamos a la piscina a producir un largometraje documental bastante ambicioso desde el punto de vista periodístico. Empezamos teniendo las voces de la campaña CIEs NO y de Roberto Villena, [secretario general en Valencia] del Sindicato Unificado de Policía (SUP). Nos dimos cuenta de que no se podía contar esta historia sin los responsables, que son los partidos políticos. Contactamos con un representante de cada partido político con presencia en Les Corts (PP, PSPV, EU y Compromís) y todos accedieron a contar su versión y defender sus posturas. Y luego, la esencia de ‘La puerta azul’ se la han dado las historias de todos los migrantes que han sufrido la represión en primera persona. Tenemos diferentes etapas de la represión en cada uno. Desde el que al llegar sufrió redadas racistas, el que sufre internamientos indiscriminados yendo por la calle, estando en el cine o estando tomando algo por la noche y ha acabado cinco veces en el CIE, hasta la persona que fue testigo y víctima de torturas dentro del CIE o el que fue víctima de agresiones en el avión de expulsión. Faltaba el juez, al que decidimos entrevistar cuando vimos que los partidos responsables de la situación, PP y PSOE, tiraban balones fuera, señalando al juez como responsable de controlar la situación.

La de los CIE ha parecido siempre una historia de balones fuera. Se van echando la culpa mutuamente de la génesis y de la gestión.

Tanto el representante del Partido Socialista, Antonio Torres, como la representante del Partido Popular, Verónica Marcos, se echaban balones entre ellos. El Gobierno actual dice que antes había condiciones dramáticas y ya no las hay… El anterior decía que, si habían situaciones dramáticas, era porque no se estaban cumpliendo las condiciones que ellos habían puesto al crearlo… Y luego se escudan mucho en Europa, en que estos centros existen en toda la Unión Europea. Un «la ley es así y no podemos hacer nada».

¿El status quo de los CIE es inamovible o después de hablar con todos los partidos se puede cambiar la situación?

No creo que haya una voluntad real a nivel de los partidos mayoritarios de cambiarla. Desde el año 1985 existen, aunque Zapadores es más nuevo. Ha habido intentos de mejora, por ejemplo con la aprobación del reglamento [elaborado por el Gobierno en marzo de 2014] y con el que la campaña CIEs NO ha sido muy crítica, calificándolo incluso de retroceso. Estos partidos se quedan en el primer nivel de las condiciones del CIE. Ellos no cuestionan la existencia del CIE. Como dice en el documental Verónica Marcado, del PP, “algo hay que hacer”.

Esa es generalmente la primer excusa para justificarlos.

No ven alternativa. En el documental se incluyen varios debates en Les Corts y las Cortes Generales, y la postura de PP y PSOE es la misma, que no hay alternativa a los CIE.

Una gran parte de la clase política, las asociaciones que trabajan con los inmigrantes e incluso los propios policías piden una solución para estos centros.

Es cierto que el Sindicato Unificado de Policía está en contra de que la Policía Nacional sea la encargada de dar este servicio, porque no están preparados y debería ser un asistente social. Desde CIEs NO y los partidos que están en contra, se insiste en que no es cuestión de darle un trato humano a un centro que, en su definición, roza lo inhumano. No cuadra mucho que en el siglo XXI existan unos centros en los que te internan por no tener un papel.

La situación se agrava aún más por la situación del propio centro.

En el documental hay dos líneas de lectura. Habrá gente que lo vea y se va a impactar por las condiciones de Zapadores y los casos que se han denunciado. Nos hemos focalizado adrede en una mirada valenciana a un problema global; desde Valencia, comprender el fenómeno global de los CIE, igual que las vallas en las fronteras, que están por todo el mundo. Habrá gente que haga la segunda lectura de cuestionarse la misma existencia del centro. No hemos querido hacer un documental activista y posicionarnos, aunque mi posición la tengo muy clara.

Con esta colección de testimonios, el espectador puede hacerse su propia opinión. ¿Os ha faltado alguna voz?

Sí. La del jefe del CIE, el comisario jefe de la Brigada de Extranjería, Antonio Ferrando, que accedió a participar en el documental, pero desde la Dirección General de la Policía en Madrid se lo prohibieron en cuatro ocasiones. No autorizaron a entrevistar a nadie con responsabilidad directa (mando policial) sobre el CIE. El testimonio policial que tenemos es el de un policía que trabaja en el CIE pero habla a nivel sindical. Sí que tenemos el testimonio del subdelegado del Gobierno, que al final es como el portavoz del Ministerio del Interior en este caso.

De todas las historias de migración que habéis escuchado, ¿cuál es la que más os ha impactado?

Quizás dos. Una, por el nivel de instantaneidad con el que la vivimos. Un día esperando en la puerta del CIE a ver si algún familiar quería hablar, nos encontramos con una chica argentina que llevaba diez años aquí y que venía de visitar a su hermano que también llevada años aquí y tenía una hija española. En el momento de la entrevista ella no acababa de entender qué era este centro, qué hacía su hermano aquí y la posibilidad de que su hermano acabara expulsado, como así acabó. Ese desarme inicial nos impactó mucho. Y luego, una historia que desmonta muchos de los discursos que se van planteando en el documental y que se centra en el derecho que se tiene al asilo dentro del CIE. Un hombre argelino homosexual, en Argelia es delito serlo y tiene hasta penas de prisión, intentó llegar aquí a nivel legal; no lo consiguió y se metió en una patera. Acabó en el CIE de Zapadores y dentro de allí es testigo de la fuga del pasado verano y de los presuntos malos tratos. Esa misma tarde le expulsan directamente a Argelia mientras estaba esperando una respuesta de Madrid de su petición de asilo. Cuando llega a Argelia, la policía descubre en los papeles de su mochila el motivo de su petición de asilo. Te puedes imaginar: paliza y lo meten en prisión. Volvió a venir en una patera, volvió a pedir asilo, se lo denegaron y tras una huelga de hambre consiguió el estatuto de solicitante de asilo. Tenemos esta historia en primera persona y, luego, a policías, políticos y jueces hablando del derecho al asilo que existe.

Desde fuera, los medios tenemos un reto para explicar a la calle qué es un CIE.

Es la motivación principal que nos llevó a hacer este documental. Los medios lo tratan cuando hay alguna fuga, un fallecimiento o un caso llamativo. No hay un tratamiento en profundidad sobre qué son los CIE, qué implican y qué supone para una sociedad como la nuestra que existan centros de este tipo.

Nos hemos puesto un poco la venda en los ojos.

Quizá eso sea porque se habla mucho de números y poco de historias. Si te sientas y estás una hora y 20 minutos conociendo a los personajes, de alguna manera tienes que empatizar con ellos. Mucha gente no sabe qué son los CIE, ni que en Zapadores tenemos este centro enorme con este muro.

¿Se puede tomar el documental como foto fija de lo que es un CIE?

Aunque el documental esté focalizado en el CIE de Zapadores, es extrapolable a los más de 220 centros que hay en toda Europa. Tiene una mirada global, aunque nos hayamos centrado en lo local para conseguir cercanía, empatía y seguimiento. Hemos estado un año entero siguiendo a los miembros de la campaña, a los políticos de aquí, a la gente que ha sido internada aquí, pero para explicar una historia global.

Después de un año analizando el problema, ¿veis alguna solución?

En Grecia, el Gobierno de Syriza ya ha anunciado un cierre progresivo de los CIE. Y eso que en Grecia estaban las peores condiciones de toda Europa, denunciadas por Amnistía Internacional o Human Rights Watch. Al final, los CIE están en este status quo porque han estado invisibilizados y no forman parte de las preocupaciones y reivindicaciones de la mayoría. Si a través de este documental, se logra una visibilidad, todo dependerá de la presión social que haya. Todo se puede cambiar. Este es un año muy interesante electoralmente y quizá ‘La puerta azul’ ha llegado en el momento perfecto. Nuestro objetivo es llegar al máximo de público y dar una bofetada a toda esa gente que no lo sabía.