Se debate mucho sobre cómo será el futuro del periodismo. El asunto no es para menos. En un mundo en el que parece que toda la información puede encontrarse en internet, Enrique Meneses defiende el desalojo de las redacciones y el exilio para buscar la noticia, “a lo Hernán Cortés, sólo con billete de ida”. Así lo expone este madrileño que nació en octubre de 1929, días antes de desplomarse los valores de la Bolsa de Nueva York, como si pudiera olfatear la antesala de la noticia desde el mismo útero de su madre.
El pasado domingo, 8 de mayo, subió a la palestra del Aula Magna del Centre Cultural La Nau para participar en una mesa redonda junto a la fotógrafa Sandra Balsells, el miembro del colectivo NOPHOTO, Carlos Luján, y el editor de la revista Piel de Foto, Edgar Melo, con motivo de la celebración en Valencia del festival internacional de fotoperiodismo, Photon 2011.
Con una botella de oxígeno entre las manos, debatió sobre el futuro del periodismo con la tranquilidad que dan las palabras forjadas por la experiencia. “El periodismo es ir, ver, volver y contar. Eso es eterno, lo demás son instrumentos”. Lo dice un periodista que ha trabajado en radio, televisión y prensa, que ha alternado la cámara y la pluma, y que desde hace cuatro años edita un blog con algunos premios en su haber.
Meneses ha dicho en bastantes ocasiones (el domingo no dejó de hacerlo) que el oficio de periodista requiere las siguientes proporciones: “Un 70 por ciento de paciencia, un 20 por ciento de profesionalidad y un 10 por ciento de suerte”. Esta idea del azar se revela en una de sus fotografías más conocidas: aquélla en la que intentó registrar a Fidel Castro de espaldas, con un fusil en la mano, al alcanzar la cima de Sierra Maestra. En el momento de disparar, Castro se giró para hacerle una pregunta y quedó inmortalizado mirando a la cámara con una espontaneidad maravillosa.
Aparte de ser el primer reportero en cubrir la Revolución Cubana, Enrique Meneses fue corresponsal en Oriente Próximo y la India. También estuvo en Washington en 1963, cuando Martin Luther King pronunció el legendario I have a dream; dirigió el programa A toda plana de Televisión Española, Los Aventureros en Radio Nacional y la edición española de Playboy. El domingo animó a los jóvenes periodistas a ser polivalentes, a hacer “de todo” y a marcharse a buscar la noticia, con vocación. “Desde que mataron a Cristo, Oriente Próximo siempre tiene temas”, bromeó el reportero durante la mesa redonda y el auditorio se lo agradeció con aplausos.
Como dice Ramón Lobo en su blog, “nos maravillan tipos como Meneses y eso es bueno porque significa que aún no todo está perdido, que todavía sabemos lo que es bueno y lo que nos gusta, en definitiva, lo que es el Gran Periodismo”.
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