Bienvenidos al 420, día mundial de la marihuana

El 20 de abril se ha convertido en fecha señalada en Estados Unidos para todos los seguidores de la cultura del cannabis. Sobre todo en Denver, donde el uso recreacional de la marihuana es legal desde el pasado 1 de enero. Y donde su consumo ‘hip’ y contracultural ha dado…

Bienvenidos al 420, día mundial de la marihuana

El 20 de abril se ha convertido en fecha señalada en Estados Unidos para todos los seguidores de la cultura del cannabis. Sobre todo en Denver, donde el uso recreacional de la marihuana es legal desde el pasado 1 de enero. Y donde su consumo ‘hip’ y contracultural ha dado paso a un negocio de miles de millones de dólares.

Celebración del 420 en frente del Capitolio de Denver, Colorado. Joe Amon.

Una nube de humo para celebrar el 420 en frente del Capitolio de Denver, Colorado. Joe Amon.

El 420 es un número mágico para los fumetas. Se dice que 420 es el código utilizado por la policía norteamericana para informar sobre delitos relacionados con la marihuana. O que es el número de compuestos químicos activos del cannabis. O que es el resultado de multiplicar 12 por 35, del título de la canción de Bob Dylan ‘Woman no.12 and no.35’ que contiene la estrofa «todo el mundo debe colocarse».

El 420 se ha convertido en el santo y seña de todo aquella persona inmersa en la cultura del cannabis en Estados Unidos

Sin embargo la realidad es menos glamurosa. 4:20 era simplemente la hora en la que un grupo de amigos, llamado ‘los Waldos’, se reunía para fumar porros en frente de su colegio en California, antes de emprender la búsqueda de una mítica plantación de marihuana abandonada. Desde entonces el 420 se ha convertido en el santo y seña de todo aquella persona inmersa en la cultura del cannabis en Estados Unidos. Es normal su aparición en canciones, artículos, anuncios, y en todo tipo de iconografía pop. Para señalar que uno fuma, le basta decir que es ‘420 friendly’.

Vestido 420 para celebrar la marihuana.

Vestido 420 para celebrar la marihuana.

En este sentido, el 20 de abril de cada año (el 4 del 20, en el calendario norteamericano) se ha convertido en fecha señalada para cualquier fumeta que se precie. Ese día miles de personas se reúnen en el centro de las ciudades para desear larga vida a la hierba. Con un momento álgido en el que todos los presentes deben encender sus pipas y pegar un gran calada al unísono… a las 4:20 de la tarde.

Este evento se celebra en las principales ciudades de Estados Unidos. Sin embargo es en Denver, capital del estado de Colorado, donde esta fecha adquiere mayor relevancia. Hasta aquí viajan miles de turistas y se celebran conciertos y concentraciones durante todo el fin de semana. Porque es precisamente en esta ciudad donde el pasado uno de enero se legalizó el uso de la marihuana recreativa, convirtiendo a este estado en el centro norteamericano de la lucha por la legalización.

Legalización con restricciones

La marihuana para uso médico es legal en 21 de los 50 estados, sin embargo sólo en dos se permite su venta para uso recreativo. Y es que Colorado no es el único estado donde el consumo del cannabis es legal (también lo es en Washington) pero es el que dispone de una mayor infraestructura. Aquí la marihuana médica ha vivido una gran expansión durante la última década. Con cerca de cinco millones de habitantes, hay casi 140.000 pacientes autorizados y miles de puntos de venta.

Esto se debe a las lagunas legales que posibilitaron, por ejemplo, que los centros de venta pudieran tener sus propios médicos que expedían las licencias de consumo. Y que para obtener alguna de estas licencias bastase con alegar un simple dolor de espalda. La expansión en su consumo hizo que el siguiente paso lógico fuese la legalización, refrendada en noviembre de 2012, con un 55% de votos a favor, y efectiva desde el uno de enero de este mismo año.

Se da la paradoja de que en este 420 la policía multó a más de 130 personas… por consumir marihuana

Desde entonces Denver se ha convertido en La Meca de los fumadores de cannabis de todo Estados Unidos, y el foco de atención de más de una decena de estados que están planteándose también legalizar el uso recreacional. Además de suponer el ejemplo perfecto de cómo convertir una cultura alternativa en un negocio lucrativo.

El disfraz-cogollo.

El disfraz-cogollo.

El último ejemplo se dio con la celebración del 420, el pasado fin de semana, en el parque situado en el centro de la ciudad. Lo que otrora fuera punto de encuentro alternativo para pasarse porros y lanzar proclamas políticas contra la legalidad vigente; se ha convertido tras la legalización en un festival más. Con conciertos, tiendas de artesanía y sin ningún contenido político.

Así, para entrar al parque del Civic Center, había que realizar una cola de más de media hora, tras la cual la policía realizaba un cacheo, y se accedía a un recinto cerrado con acceso a conciertos de hip-hop o reggae, y decenas de puestos de comida y bebida. Todo perfectamente controlado y vigilado, y con un horario marcado de apertura y cierre.

Para colmo, se da la paradoja de que la policía multó a más de 130 personas… por consumir marihuana. Una cantidad anecdótica viendo el número de personas congregadas (y el humo acumulado) pero que sirve para mostrar que la legalización en Denver también tiene sus límites. En primer lugar, no está permitido su consumo público, sólo en residencias privadas. El número de licencias para vender se da de manera escalonada, comenzando por 30 y llegando a las 73 actuales en todo el estado. No existen establecimientos para su consumo. Además, se debe ser mayor de 21 años, y se puede comprar hasta 30 gramos si uno es residente de Colorado, y hasta siete, en caso contrario.

Y es que la legalización no deja de estar llena de contradicciones. La más grave es que entra en conflicto con las leyes federales, que prohíben su consumo. Esto supone, por ejemplo, que los negocios del cannabis no puedan abrir una cuenta bancaria. O que la posesión de marihuana no sea permitida en recintos vigilados por la policía federal, como los aeropuertos.

Palomitas de marihuana, una de las múltiples posibilidades.

Palomitas de marihuana, una de las múltiples posibilidades.

El negocio del cannabis

No obstante, la industria de la marihuana en Colorado ha vivido una gran expansión. Y es que en un país como Estados Unidos su legalización ha abierto la puerta a multitud de negocios. El Gobierno estatal calcula que obtendrán 150 millones de dólares este primer año por medio de impuestos. De éstos, 40 millones se destinarán a la creación de nuevas escuelas.

Por ahora, la recaudación de impuestos está siendo menor de la esperada. La razón es que para mucha gente la marihuana medicinal resulta mucho más rentable (porque está sometida a menos impuestos), y dispone de mayor puntos de venta y variedades de cannabis.

Sin embargo lo realmente interesante de su legalización es que ha abierto la puerta a comercializar todo tipo de productos, desde bebidas a todo tipo de comestibles. En este sentido, la mayor parte de los dispensarios de marihuana disponen de sus propios hornos, y venden desde pipas eléctricas a bollería, caramelos, palomitas, galletas o bombones de marihuana. Es aquí precisamente donde muchos ven la principal oportunidad de negocio.

Muchos emprendedores ya tratan de sacar el máximo partido a las propiedades mágicas del THC

También la industria turística puede salir beneficiada de la ‘fiebre verde’, y ya se realizan tours a los dispensarios, con catas de diferentes variedades como si de una visita vinícola se tratase.

Tour de marihuana celebrado en Colorado.

Tour de marihuana celebrado en Colorado.

Además, hay muchas otras empresas que pueden salir también beneficiadas. Por ejemplo, las eléctricas, ya que las plantaciones de interior consumen cantidades ingentes de energía. O las de seguridad, ya que al no disponer de acceso a los bancos, muchos dispensarios guardan el dinero en metálico en sus recintos.

Por último, muchos emprendedores ya tratan de sacar el máximo partido a las propiedades mágicas del THC, creando sus propias líneas de bebidas (con la idea de comercializarlas en todo el país una vez la legalización se extienda). O centros de espectáculos que ya se plantean el combinar el consumo de marihuana con conciertos, obras de teatro, magia, o monólogos de comedia.