La principal fiesta del orgullo mexicano no se celebra en México, sino en Estados Unidos, donde el 5 de mayo se ha convertido en Día Nacional del Orgullo Latino. Y donde la población de origen hispano ha pasado de ser una minoría ignorada, a tener previsto ser el principal grupo étnico del país en 2042.

Feria del 5 de mayo en Los Ángeles, California.
El origen del 5 de mayo se remonta a 1862. Ese año, la Francia de Napoleón III desembarcó en México con el objetivo de establecer un imperio favorable frente a la creciente influencia de Estados Unidos. Sin embargo sus tropas, mucho mejor preparadas y numerosas, sufrieron una estrepitosa derrota en la Batalla de Puebla. A partir de entonces el 5 de mayo ha pasado a convertirse en día de conmemoración de la única batalla que México ha ganado frente a una potencia extranjera.
Lo curioso es que este día ni siquiera es festivo en el país azteca. Tan solo en la localidad de Puebla de Zaragoza se realiza un acto conmemorativo. Es en su vecino, Estados Unidos, donde esta fecha ha ido ganando popularidad hasta constituir una especie de día del orgullo latino donde se celebran desfiles, fiestas, bailes y conciertos en más de 250 ciudades.
Sólo al festival del 5 de mayo en Los Ángeles acudieron este año unas 300.000 personas
Los festejos más importantes se realizan en Los Ángeles, California, con diversos festivales al que asistieron este año 300.000 personas, y que incluyen mariachis, bandas mexicanas, restaurantes y artesanía. Pero también en Nueva York, donde se celebra un desfile del 5 de mayo en Central Park con trajes regionales o concursos para elegir a ‘Miss 5 de mayo’. Durante los últimos años se ha extendido a otras ciudades con mayor presencia latina como Phoenix, Washington, Chicago o Dénver.
El ‘Sant Patricks mexicano’
El 5 de mayo también se ha convertido en fecha crucial en la escuelas. Allí en los últimos años la población de origen hispánico se ha convertido en el principal grupo estudiantil, y este día se utiliza para poder educarles sobre su origen, la música, cultura o baile del país vecino. Además las empresas han visto una gran oportunidad de negocio, llevándolo a bautizar como el ‘Sant Patricks mexicano’. Las principales marcas de cerveza gastan de media 100 millones de dólares sólo para promocionar sus productos en una cita donde el consumo de tacos, quesadillas o margaritas triplica el habitual. Como apunte, ese día se consumen hasta 81 millones de aguacates, principal ingrediente para realizar guacamole.
Todo ello para celebrar la cultura que han heredado los 33,6 millones de residentes de origen mexicano que tiene el país, según el último censo de Estados Unidos. Y que, a diferencia de anteriores generaciones, han pasado de esconder sus señas culturales a poder mostrarse orgullosos de su origen. Su importancia (paralela a la población de origen hispano) ha crecido tanto en la última década que incluso el Congreso Nacional aprobó en 2005 una resolución para que el presidente del país pudiera establecer este día como festividad en todo el territorio, de manera que se celebrasen diversas ceremonias y actividades.
Los latinos, de menos a más
La población latina es la que tiene un mayor índice de crecimiento en Estados Unidos. Esto ha provocado todo tipo de tensiones en un país que, aunque se considere a sí mismo como multicultural (o ‘melting pot’), siempre ha sido mayoritariamente blanco.
En 2042 la mayor parte de los estadounidenses ya no mirarán a Europa a la hora de buscar sus raíces, sino a Latinoamérica
En este sentido, en 1965 su población estaba constituida por un 90% de europeos, un 7% de afroamericanos, y un 3% de latinos. Casi 50 años después la población hispana es ya mayoría en algunos estados, como California, Nuevo México y Florida. Es el principal grupo minoritario en otros 21 estados. Y, lo que es más importante, supondrá el 51% de la población total en 2042. Con lo que la mayor parte de los estadounidenses ya no mirarán a Europa a la hora de buscar sus raíces, sino a Latinoamérica. Con el gran impacto étnico, lingüístico y cultural que eso supondrá.
Así, documentales como ‘Harvest of the Empire’, dirigido por Eduardo López y Peter Getzels, ponen de manifiesto el gran cambio que se avecina en el país. Esta cinta además trata de desmontar varias de las leyendas urbanas que giran en torno a la población de origen hispano, mostrando la inmigración latina a Estados Unidos como un producto de la política exterior del país norteamericano. De sus presiones económicas y los conflictos armados. Que convierten a los inmigrantes principalmente en víctimas. Y donde esta inmensa transformación demográfica puede servir también para provocar un cambio democrático y asentar el futuro de un nuevo país.
Poder latino
El cambio ya es bastante visible en muchos estados. Sobre todo como California y Nuevo México, donde el idioma español convive con el inglés. En todo el país es normal que la mayor parte de los servicios telefónicos incluyan la opción en los dos idiomas. Además de los rótulos en las tiendas o en los documentos oficiales. Y es el lenguaje utilizado por 36 millones de personas en sus casas.
Los hispanos disponen de sus propios canales de televisión (como ‘Univisión’, que tiene cobertura en todo el territorio), revistas, restaurantes, peluquerías, panaderías, funerarias o abogados. Y las nuevas generaciones que llegan se muestran mucho más orgullosas de su herencia y de mantener sus tradiciones y lenguaje.
El gran crecimiento demográfico latino no se manifiesta, al menos todavía, en una mayor presencia mediática o poder político
En este sentido, los latinos suponen una de las principales fuerza de trabajo en el país, constituyendo un 15% del total, y la que registra un mayor crecimiento en la última década. Su presencia es mayoritaria en sectores como la construcción, la restauración o la agricultura. Y eso que las cifras oficiales no cubren los 11 millones de indocumentados que viven en el país y que son, principalmente, latinos.
No obstante, este crecimiento no se manifiesta, al menos todavía, en mayor presencia mediática o poder político. Como ejemplo, sólo entre un 5% y un 6% de los anuncios publicitarios se dirigen al público hispano, que constituye el 20% de los compradores potenciales y cuyo poder de compra se ha multiplicado este última década (de 52 a 108 puntos). Y aunque el mismo Mick Romney consideró la diferencia de voto latino como una de las principales causas de su derrota frente a Obama (que le aventajó en un 44% del voto hispano), la mayor parte de los cargos políticos del país son blancos.
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